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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 20 de diciembre de 2010

EL PAPA VISITA LA BIBLIOTECA APOSTOLICA VATICANA

CIUDAD DEL VATICANO, 18 DIC 2010 (VIS).-El Papa visitó esta mañana la Biblioteca Apostólica Vaticana con ocasión de la reapertura, tras tres años de restructuración de los locales. Benedicto XVI ya había visitado este lugar poco antes del comienzo de las obras, en junio de 2007.

El Santo Padre fue acogido por el cardenal Raffaele Farina, archivero y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, el prefecto, monseñor Cesare Pasini y el viceprefecto, Ambrogio M. Piazzoni, que le acompañaron durante la visita, así como los miembros del Consejo de la Biblioteca. Tras rezar una breve oración para bendecir los locales renovados, le presentaron al Papa las labores de reestructuración y posteriormente recorrió cada una de las áreas y grandes salones de la biblioteca. Al concluir su visita Benedicto XVI dio las gracias a los que trabajan en la biblioteca y reiteró la importancia de esta institución para la Sede Apostólica y para la Iglesia universal, e impartió su bendición apostólica.
BXVI-VISITA/ VIS 20101220 (170)

MENSAJE PARA LA JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

CIUDAD DEL VATICANO, 18 DIC 2010 (VIS).-Hoy se hizo público el mensaje del Santo Padre con ocasión de la XIX Jornada Mundial del Enfermo, que como es tradicional se celebra el 11 de febrero, memoria de Nuestra Señora de Lourdes.

Al inicio del mensaje, el Papa recuerda su visita pastoral a Turín –en mayo pasado-, donde “pude rezar ante la Sábana Santa, frente a ese rostro dolorido, que nos invita a meditar en Aquel que tomó sobre sí la pasión del ser humano de todos los tiempos y todos los lugares, también nuestros sufrimientos, nuestras dificultades, nuestros pecados”.

Tras poner de relieve que “el sufrimiento está siempre lleno de misterio, es difícil de aceptar y de llevar”, Benedicto XVI recuerda que al apóstol Tomás le cuesta creer en la pasión redentora de Jesús, pero “frente a Cristo que muestra sus llagas, su respuesta se transforma en una conmovedora profesión de fe: “¡Señor mío y Dios mío!”.

“Precisamente a través de las llagas de Cristo –continúa- podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. (…) Dios, la Verdad y el Amor en persona, ha querido sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre. En cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y el padecer; en cada sufrimiento se difunde la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza” .

Refiriéndose a la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, en agosto de 2011, el Santo Padre se dirige en especial a los jóvenes “que viven la experiencia de la enfermedad. A menudo, la Pasión, la Cruz de Jesús –escribe- dan miedo porque parecen ser la negación de la vida. ¡En realidad, es exactamente lo contrario! La Cruz es el “sí” de Dios al hombre. (…) Sólo El es capaz de liberar al mundo del mal y hacer crecer su Reino de justicia, de paz y de amor al que todos aspiramos”.

El Papa expresa también su afecto a todos y a cada uno de los enfermos, “participando en los sufrimientos y las esperanzas que vivís cotidianamente en unión con Cristo crucificado y resucitado, para que os done la paz y la curación del corazón. Con El, vela junto a vosotros la Virgen María, a la que invocamos con confianza “Salud de los enfermos y consuelo de los que sufren”.

Al final del mensaje, el Santo Padre invita a las autoridades “a invertir cada vez más energías en centros de salud que ayuden y sostengan a los que sufren, especialmente a los pobres y necesitados”, y dirige un saludo “a los obispos, sacerdotes, personas consagradas, seminaristas, profesionales de la salud, voluntarios y a todos aquellos que se dedican con amor a curar y aliviar las llagas de cada hermano o hermana enfermos, en los hospitales o residencias de enfermos, en las familias: ved siempre en los rostros de los enfermos el Rostro de los rostros: el de Cristo”.
MESS/ VIS 20101220 (520)

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 18 DIC 2010 (VIS).-El Santo Padre:

-Nombró al cardenal Ivan Dias, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, su enviado especial a las celebraciones de clausura del Año Jubilar de la Iglesia en Vietnam, en el 350 aniversario de la creación de los dos primeros vicariatos apostólicos y en el 50 aniversario de la institución de la jerarquía católica. Las celebraciones tendrán lugar en el Santuario Mariano de La Vang, del 4 al 6 de enero de 2011.

-Nombró al arzobispo Antonio Mennini, hasta ahora nuncio apostólico en la Federación Rusa y en Uzbekistán, nuncio apostólico en Gran Bretaña.

-Nombró al obispo Joseph Karikkassery, hasta ahora auxiliar de Verapoly (India), obispo de Kottapuram (superficie 3.300, población 3.333.467, católico 89.569, sacerdotes 137, religiosos 330) en India.

-Nombró a don Santiago Gómez Sierra obispo auxiliar de Sevilla (superficie 14.036, población 1.875.462, católicos 1.865.000, sacerdotes 691, religiosos 2.839, diáconos permanentes 43) en España. El obispo electo nació en Madridejos (España) en 1957, fue ordenado sacerdote en 1982 y actualmente era decano del capítulo catedral de Córdoba.
NA:NN:NER:NEA/ VIS 20101220 (180)

SAN JOSE, PADRE LEGAL DE JESUS, PERFIL DEL HOMBRE NUEVO

CIUDAD DEL VATICANO, 19 DIC 2010 (VIS).-Hoy a mediodía, cuarto domingo de Adviento, el Papa se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Benedicto XVI explicó que el evangelio de San Mateo narra “el nacimiento de Jesús desde el punto de vista de san José”, del desposado de María, la cual “antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo”.

En el texto, “San José es presentado como hombre justo fiel a la ley de Dios, dispuesto a cumplir su voluntad. Por eso entra en el misterio de la Encarnación después de que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le anunció: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Abandonado el pensamiento de repudiar en secreto a María, la toma consigo, porque ahora sus ojos ven en ella la obra de Dios”.

A pesar de haberse sentido turbado, observó el Santo Padre, “José actúa como le había ordenado el ángel del Señor, seguro de hacer lo que es justo. También poniendo el nombre de Jesús a ese Niño que rige todo el universo, se sitúa en las filas de los servidores humildes y fieles, parecidos a los ángeles y a los profetas, a los mártires y a los apóstoles. (...) San José anuncia los prodigios del Señor, atestiguando la virginidad de María, la acción gratuita de Dios, y custodiando la vida terrena del Mesías. Veneremos al “padre legal” de Jesús, porque en él se perfila el hombre nuevo, que mira con fe y valor al futuro, no sigue su propio proyecto, sino que se confía totalmente a la infinita misericordia de Aquel que cumple las profecías y abre el tiempo de la salvación”.

El Papa terminó su reflexión confiando a San José, patrono universal de la Iglesia, “a todos los Pastores,” exhortándoles a ofrecer “a los fieles cristianos y al mundo entero la humilde y cotidiana propuesta de las palabras y de los gestos de Cristo. (...) Invoquemos con fe a la Virgen María, la llena de gracia “adornada por Dios”, para que, en la Navidad que ya está a las puertas, nuestros ojos se abran y vean a Jesús, y el corazón se alegre en este admirable encuentro de amor”.
ANG/ VIS 20101220 (430)

BENEDICTO XVI FELICITA LA NAVIDAD A LA CURIA ROMANA

CIUDAD DEL VATICANO, 20 DIC 2010 (VIS).-Esta mañana, en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano, tuvo lugar el tradicional encuentro del Santo Padre con los cardenales, arzobispos y obispos y miembros de la Curia Romana y de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano para el intercambio de felicitaciones navideñas.

Recordando los eventos principales de 2010, el Papa se refirió al Año sacerdotal, que comenzó “con gran alegría y gracias a Dios, concluimos con mucha gratitud, a pesar de que se desarrollara de una manera tan diferente de cómo habíamos esperado. En nosotros sacerdotes y en los laicos, precisamente también en los jóvenes, se ha renovado la conciencia del don del sacerdocio de la Iglesia Católica, que nos ha sido confiado por el Señor. Una vez más -dijo-, hemos sido conscientes de lo hermoso que es que haya seres humanos autorizados a pronunciar en nombre de Dios y con pleno poder la palabra perdón, y que así sean capaces de cambiar el mundo, la vida; qué hermoso es que seres humanos estén autorizados a pronunciar las palabras de la consagración, (…) qué hermoso es poder estar, con la fuerza del Señor, cerca de la gente en sus alegrías y sufrimientos”.

“Nos ha sorprendido precisamente este año que en una dimensión inimaginable, hayamos conocido la existencia de abusos contra menores por parte de sacerdotes, que convierten el Sacramento en su contrario: bajo el manto de lo sagrado hieren profundamente a la persona humana en su infancia y le producen un daño para toda su vida”.

El Papa señaló que en este contexto le había venido a la mente “una visión de Santa Hildegarda de Bingen, que describe de modo sorprendente lo que hemos experimentado este año”.

“En la visión de Santa Hildegarda, el rostro de la Iglesia está cubierto de polvo, y así lo hemos visto. Su vestido está desgarrado -por culpa de los sacerdotes-. Al igual que ella lo vio y expresó, así lo hemos vivido este año. Debemos acoger esta humillación como una exhortación a la verdad y una llamada a la renovación. Sólo la verdad salva. Debemos preguntarnos qué podemos hacer para reparar todo lo posible la injusticia producida. Tenemos que preguntarnos en qué nos hemos equivocado en nuestro anuncio, en nuestro modo de configurar el ser cristiano, de modo que pudiese suceder una cosa así”.

“Tenemos que encontrar -añadió- una nueva determinación en la fe y en el bien. Debemos ser capaces de penitencia. Debemos esforzarnos por hacer todo lo posible, en la preparación al sacerdocio, para que no se repita una cosa como esta. Este es también el lugar para agradecer de corazón a todos aquellos que están comprometidos en ayudar a las víctimas y en restablecer su confianza en la Iglesia, la capacidad de creer en su mensaje”.

Benedicto XVI recordó que en sus encuentros “con las víctimas de este pecado”, siempre había hallado a “personas que con gran dedicación, están junto a quien sufre y ha sufrido daños. Esta es la oportunidad para agradecer también a tantos sacerdotes buenos que transmiten con humildad y fidelidad la bondad del Señor, y en medio de las devastaciones, son testigos de la belleza no perdida del sacerdocio”.

“Somos conscientes –afirmó- de la especial gravedad de este pecado cometido por sacerdotes y de nuestra correspondiente responsabilidad. Pero no podemos permanecer en silencio sobre el contexto en el que se dan estos eventos. Hay un mercado de la pornografía de los niños, que de alguna manera parece ser considerado cada vez más por la sociedad como algo normal. La devastación psicológica de los niños, en la que seres humanos son reducidos a un producto del mercado, es un terrible signo de los tiempos”.

El Santo Padre mencionó posteriormente el problema de la droga, “que con una fuerza creciente extiende sus tentáculos de pulpo en todo el mundo. (…) Todos los placeres resultan insuficientes y el exceso en el engaño del encanto se convierte en una violencia desgarra regiones enteras, y esto en nombre de un fatal malentendido de la libertad, donde precisamente la libertad del ser humano es socavada y al final totalmente anulada”.

“Para oponernos a estas fuerzas debemos revisar sus fundamentos ideológicos. En los años setenta, la pedofilia se teorizó como algo totalmente conforme con el hombre y con el niño. Sin embargo, esto formaba parte de una perversión fundamental del concepto de “ethos”. (…) Nada sería en sí mismo bueno o malo. Todo dependería de las circunstancias y de la finalidad perseguida. (…) La moral es sustituida por un cálculo de las consecuencias y por lo tanto deja de existir. Los efectos de estas teorías hoy son evidentes. Frente a ellos, el Papa Juan Pablo II, en su encíclica “Veritatis splendor”, de 1993, indicó con fuerza profética en la gran tradición racional del “ethos” cristiano las bases esenciales y permanentes del actuar moral. Este texto debe proponerse nuevamente como camino en la formación de la conciencia”.

Benedicto XVI citó a continuación el Sínodo de las Iglesias de Oriente Medio, que comenzó con la entrega del “Instrumentum laboris” durante su viaje a Chipre en el mes de junio. “Aunque todavía no hayamos alcanzado la comunión plena -dijo el Papa refiriéndose a la Iglesia Ortodoxa- hemos constatado (...) que la forma básica de la Iglesia antigua nos une profundamente: el ministerio sacramental de los obispos como portadores de la tradición apostólica, la lectura de la Escritura según la hermenéutica de la “regula fidei”, la comprensión de la Escritura en la unidad multiforme centrada en Cristo, desarrollada gracias a la inspiración de Dios y, por último, la fe en la centralidad de la Eucaristía en la vida de la Iglesia”.

“Hemos visto la rica cultura cristiana del Oriente. Pero también el problema del país dividido. Han salido a la luz las culpas del pasado y las heridas profundas, pero también el deseo de paz y de comunión que había existido antes. Todos son conscientes de que la violencia no reporta progreso-, de hecho ha creado la situación actual. Sólo mediante el compromiso y el entendimiento mutuo se puede restaurar la unidad. Preparar a las personas a esta actitud de paz es una tarea esencial de la pastoral”.

“El Sínodo amplió su mirada a todo Oriente Medio, donde conviven fieles pertenecientes a diversas religiones y a múltiples ritos y tradiciones distintas. (...) Los disturbios de los últimos años han hecho que se tambalease la historia de la con-división, (...) de modo que una y otra vez, somos testigos de actos de violencia que ya ni siquiera respetan lo que es sagrado para el otro. (...) En la situación actual, los cristianos son la minoría más oprimida y torturada. Durante siglos han vivido en paz con sus vecinos, judíos y musulmanes. En el Sínodo hemos escuchado las sabias palabras del Consejero del Muftí de la República del Líbano contra los actos de violencia contra los cristianos. Dijo que cuando se hiere a los cristianos a ellos también se les hiere. Lamentablemente, ésta y otras voces de la razón, a las que estamos profundamente agradecidos, son demasiado débiles. También en este caso, el obstáculo es la conexión entre el afán de lucro y la ceguera ideológica”.

“Sobre la base del espíritu de la fe y de su racionalidad -prosiguió el Papa- el Sínodo ha desarrollado un gran concepto del diálogo, el perdón mutuo y la aceptación, un concepto que ahora debemos proclamar al mundo. El ser humano es uno sólo y la humanidad es una sola. Lo que se hace en cualquier lugar contra el ser humano al final daña a todos. Las palabras (...) del Sínodo deben ser un aldabonazo para todas las personas con responsabilidades políticas o religiosas para que pongan freno a la cristianofobia, se levanten para defender a los refugiados y a los que sufren y revitalicen el espíritu de reconciliación”.

El pontífice abordó a continuación su viaje a Reino Unido, en septiembre, durante el cual beatificó al cardenal John Henry Newman. El hilo conductor de su argumentación fue “la responsabilidad de los cristianos en esta época y la tarea de la Iglesia de anunciar el Evangelio”.

Refiriéndose a su encuentro con el mundo de la cultura en Westminster Hall, el Papa citó las palabras de Alexis de Tocqueville, cuando observó que “en América la democracia fue posible y funcionó porque había un consenso moral básico que yendo más allá de las denominaciones individuales, unía a todos. Sólo si existe un consenso en lo esencial, las constituciones y el derecho funcionan. Este consenso fundamental procedente del patrimonio cristiano está en peligro cuando la mera racionalidad suplanta el lugar de la razón moral. (...) Esta es una ceguera de la razón ante lo esencial. Luchar contra esta ceguera y conservar la capacidad de ver lo esencial, de ver a Dios y al ser humano, lo que es bueno y lo que es verdadero, es el interés que debe unir a todos los hombres de buena voluntad. Está en juego el futuro del mundo”.

Del cardenal Newman el Papa subrayó su conversión “a la fe en el Dios vivo”, en la que reconoce que “Dios y el alma, el ser mismo del hombre, en ámbito espiritual, constituyen lo que es verdaderamente real, lo que es importante. (...) Cuando la conversión es así no cambia sólo una teoría, cambia la forma fundamental de la vida. Todos necesitamos esa conversión una y otra vez: entonces estamos en el camino acertado”.

“La fuerza motriz que impulsó a Newman a lo largo del camino de la conversión fue la conciencia -subrayó el Santo Padre- (...) entendida como la capacidad de verdad del ser humano, la capacidad de reconocer en las áreas decisivas de la vida -la religión y la moral- (...) la verdad. La conciencia, la capacidad del ser humano de reconocer la verdad, le impone al mismo tiempo el deber de caminar hacia ella, (...) y de someterse a ella cuando la encuentra. (...) El camino de la conversión de Newman es un camino de la conciencia -un camino que no es el de la subjetividad que se afirma, sino por el contrario, el de obediencia a la verdad que poco a poco se abría ante él”.

Por último, el Papa habló brevemente de sus viajes a Malta, Portugal y España, donde “se hizo visible una vez más que la fe no es una cosa del pasado, sino un encuentro con el Dios que vive y actúa ahora”.
AC/ VIS 20101220 (1750)


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