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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 9 de mayo de 2011

TESTIMONIAR EL AMOR DE DIOS POR EL SER HUMANO

CIUDAD DEL VATICANO, 7 MAY 2011 (VIS).-Benedicto XVI viajó esta tarde en avión desde el aeropuerto romano de Ciampino al aeropuerto "Friuli-Venezia-Giulia" y desde allí se trasladó en automóvil a Aquileia, Udine, en el nordeste de Italia, donde tuvo un encuentro con los ciudadanos en la Plaza Capitolo.

  Al inicio de esta primera etapa de su visita pastoral -a última hora de esta tarde se traslada a Venecia-, el Papa quiso rendir homenaje "a esta tierra bendita, rociada por la sangre y el sacrificio de tantos testigos", y pidió a los "santos mártires de Aquileia que susciten también hoy en la Iglesia discípulos de Cristo valientes y fieles, entregados a El, y por tanto convencidos y convincentes".

  "Hoy me encuentro entre vosotros -dijo- para admirar esta rica y antigua tradición, pero sobre todo para confirmaros en la fe profunda de vuestros padres: en esta hora de la historia redescubrid, defended, profesad con calor espiritual esta verdad fundamental. La humanidad solo puede recibir de Cristo esperanza y futuro; solo de El puede obtener el significado y la fuerza del perdón, de la justicia, de la paz".

  Después del saludo, el Santo Padre entró en la Basílica, donde presidió la Asamblea en preparación del II Congreso eclesial de Aquileia, que se celebrará en 2012. Estaban presentes los representantes de las quince diócesis de la región eclesiástica del Trivéneto (correspondiente a las regiones de Trentino-Alto Adigio, Friuli-Venecia Julia y Véneto).

  "Oportunamente -afirmó en su discurso-, habéis querido que este Congreso eclesial tuviese lugar en la Iglesia Madre de Aquileia, de la que germinaron las Iglesias del Nordeste de Italia, pero también las Iglesias de Austria y Eslovenia y algunas Iglesias de Croacia y de Baviera, e incluso de Hungría".

  Benedicto XVI indicó a los fieles que tenían la misión de "testimoniar el amor de Dios por el ser humano, ante todo con las obras de caridad y las opciones de vida en favor de las personas concretas, a partir de las más vulnerables, frágiles, indefensas, (...) como los pobres, los ancianos, los enfermos, los discapacitados".

  Frente a los desafíos actuales, como "la búsqueda a menudo exacerbada del bienestar económico, en un período de grave crisis económica y financiera, el materialismo práctico, el subjetivismo dominante, (...) debéis promover el sentido cristiano de la vida, mediante el anuncio explícito del Evangelio. (...) De la fe vivida con valentía se deriva, también hoy como en el pasado, una fecunda cultura de amor a la vida, desde la concepción hasta su fin natural, de promoción de la dignidad humana, de exaltación de la importancia de la familia, fundada en el matrimonio fiel y abierto a la vida, de compromiso por la justicia y la solidaridad".

  El Papa concluyó recomendando, "al igual que a las otras Iglesias en Italia, el compromiso de suscitar una nueva generación de hombres y mujeres capaces de asumir responsabilidades directas en los diversos ámbitos de la sociedad, especialmente en el campo político, que hoy tiene más necesidad que nunca de personas, sobre todo jóvenes, capaces de construir una "vida buena" a favor y al servicio de todos".

  Terminado el acto, el Santo Padre se dirigió en helicóptero a Venecia.
PV-ITALIA/                                    VIS 20110509 (530) 

PROMOVER UNA CULTURA DE ACOGIDA Y DE CONCORDIA

CIUDAD DEL VATICANO, 7 MAY 2011 (VIS).-Después de aterrizar en Venecia, el Papa atravesó en una lancha los canales hasta llegar al muelle de la Plaza de san Marcos. En la plaza, después de las palabras de bienvenida del alcalde, dirigió unas palabras a los ciudadanos.

  El Santo Padre recordó a los pontífices "que han surgido de esta tierra veneciana", como "el patriarca Luciani, que se convirtió en Papa con el nombre de Juan Pablo I; el patriarca Angelo Roncalli, que fue el Papa Juan XXIII, elevado a los altares y proclamado beato y el patriarca Giuseppe Sarto, futuro San Pío X".

  Refiriéndose a las tradiciones venecianas y al "sugestivo lugar, que es como la puerta de entrada al corazón de la ciudad", conocida como la "perla del Adriático", Benedicto XVI destacó el carácter de "singular apertura que desde siempre ha caracterizado Venecia, encrucijada de personas y de comunidades de todas las proveniencias, culturas, lenguas y religión".

  "También en nuestra época, con sus nuevas perspectivas y sus complejos desafíos -continuó-, Venecia está llamada a asumir importantes responsabilidades para la promoción de una cultura de acogida y de compartir, capaz de lanzar puentes de diálogo entre los pueblos y la naciones; una cultura de la concordia y del amor, que tiene sus sólidos fundamentos en el Evangelio".

  Tras poner de relieve "el esplendor de los monumentos y la fama de las instituciones seculares que manifiestan la historia gloriosa y el carácter de los venecianos", el Papa señaló que "con el pasar de los siglos, la fe transmitida por los primeros evangelizadores  se ha enraizado cada vez más profundamente en el tejido social, hasta constituir una parte esencial de él". En este contexto, recordó "los dos importantes santuarios, que nacieron en cumplimiento de un voto para obtener de la divina Providencia la liberación de la plaga de la peste; la Basílica del Redentor y el Santuario de la Virgen de la Salud".

  "Invito a todos los venecianos -concluyó- a buscar y custodiar siempre la armonía entre la mirada de la fe y de la razón que permite a la conciencia percibir el verdadero bien, de modo que las decisiones de la comunidad civil estén siempre inspiradas en los principios éticos que corresponden a la profunda verdad de la naturaleza humana. El hombre no puede renunciar a la verdad sobre sí mismo, sin que sufran el sentido de la responsabilidad personal, la solidaridad hacia los demás, la honradez en las relaciones económicas y de trabajo".

  Terminado el acto, el pontífice entró en la basílica, donde veneró las reliquias de San Marcos, traídas a Venecia en el siglo XI desde Alejandría.
PV-ITALIA/                                    VIS 20110509 (450)

DAR TESTIMONIO DE LA ESPERANZA CRISTIANA AL HOMBRE MODERNO

CIUDAD DEL VATICANO, 8 MAY 2011 (VIS).-Esta mañana el Papa se trasladó de la sede del Patriarcado de Venecia al Parque de San Giuliano de Mestre, donde presidió la celebración de la Santa Misa ante más de 300.000 personas.

  En la homilía, el Santo Padre, tras haber saludado a todos los presentes y de manera particular al Patriarca de Venecia, el cardenal Angelo Scola, dijo que representaban a "las Comunidades eclesiales nacidas de la Iglesia madre de Aquileia. Como en el pasado, cuando aquellas Iglesias se distinguieron por el fervor apostólico y el dinamismo pastoral, también hoy es necesario promover y defender con valor la verdad y la unidad de la fe. Es necesario dar testimonio de la esperanza cristiana al hombre moderno, agobiado a menudo por vastas e inquietantes problemáticas que ponen en crisis las misma bases de su ser y de su actuar".

  Tras recordar que las iglesias, obras de arte, los hospitales y bibliotecas, las escuelas de esta ciudad "están repletas de referencias a Cristo", el Papa señalo que, "sin embargo, hoy este ser de Cristo corre el riesgo de vaciarse de su verdad y de sus contenidos más profundos; de convertirse en un horizonte que sólo superficialmente -y en los aspectos más bien sociales y culturales-, abraza la vida; de reducirse a un cristianismo en el que la experiencia de fe en Jesús crucificado y resucitado no ilumina el camino de la existencia".

  Comentando el Evangelio de hoy sobre los dos discípulos de Emaús, "que después de la crucifixión de Jesús, regresaban a casa inmersos en la duda, en la tristeza y en la desilusión", dijo: "El problema del mal, del dolor y del sufrimiento, el problema de la injusticia y del atropello, el miedo a los otros, a los extraños y a los que desde lejos llegan hasta nuestras tierras y parecen atentar contra lo que somos, lleva a los cristianos de hoy a decir con tristeza: esperábamos que el Señor nos liberase del mal, del dolor, del sufrimiento, del miedo, de la injusticia".

  "Por eso, es menester que cada uno de nosotros, como ocurrió a los dos discípulos de Emaús, nos dejemos instruir por Jesús: ante todo, escuchando y amando la Palabra de Dios", y participando en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. "La Eucaristía es la máxima expresión del don que Jesús hace de sí mismo y es una constante invitación a vivir nuestra existencia en la lógica eucarística, como un don a Dios y a los demás".

  Benedicto XVI señaló que "también un pueblo tradicionalmente católico puede advertir en sentido negativo, o asimilar casi de manera inconsciente, los contragolpes de la cultura que termina por insinuar una manera de pensar en la que el mensaje evangélico es abiertamente rechazado u obstaculizado subrepticiamente".

  "En los siglos pasados, vuestras Iglesias -continuó- han conocido una rica tradición de santidad y de generoso servicio a los hermanos, gracias a la obra de sacerdotes, religiosos y religiosas de vida activa y contemplativa. Si queremos ponernos en escucha de su enseñanza espiritual, no nos es difícil reconocer la llamada personal e inconfundible que nos dirigen: ¡Sed santos! ¡Poned en el centro de vuestra vida a Cristo!".

  El Santo Padre afirmó que "las Iglesias generadas por Aquileia están llamadas hoy a consolidar la antigua unidad espiritual, en particular a la luz del fenómeno de la inmigración y de las nuevas circunstancias geopolíticas en curso. (...) Mi presencia entre vosotros quiere ser también un vivo apoyo a los esfuerzos que se despliegan para favorecer la solidaridad entre vuestras diócesis del Nordeste; (...) un estimulo para cada iniciativa que tienda a la superación de aquellas divisiones que podrían hacer vanas las aspiraciones concretas a la justicia y a la paz".

  Al final de la celebración eucarística y antes de rezar el Regina Coeli, el Papa invitó a los fieles a invocar a María Santísima, "para que sostenga también hoy los esfuerzos apostólicos de los sacerdotes; haga fecundo el testimonio de los religiosos y religiosas; anime la labor diaria de los padres en la primera transmisión de la fe a sus hijos; ilumine la vía de los jóvenes para que caminen confiados en el sendero trazado por la fe de sus padres; colme de firme esperanza los corazones de los ancianos; consuele con su cercanía a los enfermos y a todos los que sufren; refuerce la obra de los numerosos laicos que colaboran activamente en la nueva evangelización".
PV-ITALIA/                                    VIS 20110509 (750)

LA AUTENTICA ALEGRIA HUMANA SE ENCUENTRA EN DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 8 MAY 2011 (VIS).-A media tarde, el Papa presidió en la Basílica de San Marcos de Venecia la Asamblea eclesial para la clausura de la visita pastoral diocesana, iniciada en 2005 en el Patriarcado.

  Tras un momento de adoración al Santísimo Sacramento y del saludo del cardenal Angelo Scola, Patriarca de Venecia, el Papa pronunció un discurso.

  Además de sacerdotes, religiosos y fieles laicos, estaban presentes el Abad y los monjes de la Comunidad armenia de Venecia, el Metropolita greco-ortodoxo de Italia Ghennadios y el Obispo de la Iglesia Ortodoxa Rusa Nestor, así como representantes de las Comunidades luterana y anglicana.

  Comentando las palabras de Jesús a Zaqueo: "Conviene que hoy me quede en tu casa. Bajó rápido y lo recibió", que "han sido el hilo conductor de los encuentros comunitarios" de la visita pastoral en el Patriarcado, el Papa aseguró que "la auténtica realización del ser humano y su verdadera alegría no se encuentran en el poder, en el éxito, en el dinero, sino solo en Dios".

  "De este encuentro con Jesús -continuó- nace una vida nueva para Zaqueo: acoge al Señor con alegría, descubriendo finalmente la realidad que puede colmar real y plenamente su vida". En este contexto, el Santo Padre pidió a la Iglesia que está en Venecia que imitara "el ejemplo de Zaqueo" y añadió: "Supera y ayuda al hombre de hoy a superar los obstáculos del individualismo, del relativismo; jamás te dejes arrastrar por las faltas que pueden marcar a las comunidades cristianas. (...) ¡No tengáis miedo de ir contra corriente para encontrar a Jesús, de apuntar hacia lo alto para cruzar con su mirada!".

  Benedicto XVI alentó a los presentes a "avanzar confiados en el sendero de la nueva evangelización, en el servicio amoroso de los pobres y en el testimonio valiente en las diversas realidades sociales. Sed concientes de que sois transmisores de un mensaje que es para cada hombre y para todo el hombre; un mensaje de fe, de esperanza y de caridad". El Papa extendió esta invitación, en primer lugar a los sacerdotes, y también a las personas consagradas y a los laicos. A estos últimos recordó que la "santidad" no quiere decir hacer cosas extraordinarias, sino seguir cada día la voluntad de Dios, vivir verdaderamente bien la propia vocación, con la ayuda de la oración, de la Palabra de Dios, de los Sacramentos y con el esfuerzo cotidiano de la coherencia. ¡Sí -exclamó- se necesitan fieles laicos fascinados por el ideal de la santidad, para construir una sociedad digna del hombre, una civilización del amor!".

  "Os exhorto -continuó- a no ahorrar energías en el anuncio del Evangelio y en la educación cristiana, promoviendo la catequesis en todos los niveles" y a "dedicar una atención especial a la formación cristiana de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes".

  El Papa terminó hizo hincapié en que "nuestra vida espiritual depende esencialmente de la Eucaristía. Sin ella, la fe y la esperanza se apagan, la caridad se enfría. Os exhorto, por tanto, a cuidar cada vez más la calidad de las celebraciones eucarísticas, especialmente las dominicales".

  Tras saludar a treinta representantes de la Asamblea, el Pontífice partió en góndola desde la plaza de San Marcos a la Basílica de la Salud.
PV-ITALIA/                                    VIS 20110509 (530)

ENCUENTRO CON EL MUNDO DE LA CULTURA, ARTE Y ECONOMIA

CIUDAD DEL VATICANO, 8 MAY 2011 (VIS).-A las 18,00, el Papa tuvo un encuentro con un grupo de representantes del mundo de la cultura, del arte y de la economía en la Basílica de la Salud de Venecia.

  El Santo Padre ofreció unas reflexiones basándose en tres palabras que "son -dijo- metáforas sugestivas: tres palabras ligadas a Venecia y, en particular, al lugar en que nos encontramos: la primera es "agua"; la segunda es "salud", y la tercera es "serenísima".

  Comentando el hecho de que Venecia sea "ciudad de agua", Benedicto XVI hizo una propuesta: "Venecia no como ciudad "líquida", sino como ciudad "de la vida y de la belleza". (...) Se trata de elegir entre una ciudad "líquida", patria de una cultura que se parece cada vez más a la de lo relativo y lo efímero, y una ciudad que renueva constantemente su belleza, bebiendo de las fuentes benéficas del arte, del saber, de las relaciones entre los hombres y entre los pueblos".

  Refiriéndose a continuación a la segunda palabra: "salud", explicó que "la "salud" es una realidad omnicomprensiva, integral: que va del "estar bien" que nos permite vivir serenamente una jornada de estudio y de trabajo, o de vacación, hasta la "salus animae", la salud del alma, de la que depende nuestro destino eterno. (...) Jesús ha revelado que Dios ama la vida y quiere liberarla de toda negación, hasta la más radical que es el mal espiritual, el pecado, raíz venenosa que contamina todo. Por eso, al mismo Jesús se le puede llamar "Salud" del hombre".(...) Jesús salva al hombre; (...) lo sumerge en esta corriente pura y vivificante que libera al hombre de sus "parálisis" físicas, psíquicas y espirituales; lo cura de la dureza del corazón, de la cerrazón egocéntrica y le hace gustar la posibilidad de encontrarse verdaderamente a sí mismo, perdiéndose por amor de Dios y del prójimo".

  En fin, la tercera palabra: "serenísima", el nombre de la República Véneta, que "nos habla de una civilización de la paz, fundada en el respeto mutuo, en el conocimiento recíproco y en las relaciones de amistad". En este sentido señaló que "Venecia tiene una larga historia y un rico patrimonio humano, espiritual y artístico para ser capaz también hoy de ofrecer una preciosa contribución y ayudar a los hombres a creer en un futuro mejor y a empeñarse en construirlo. Pero para esto no debe tener miedo de otro elemento emblemático, contenido en el escudo de San Marcos: el Evangelio. El Evangelio es la fuerza más grande de transformación del mundo, pero no es una utopía ni una ideología".

  Al despedirse, el Papa saludó a la comunidad judía de Venecia, a los musulmanes que viven en esta ciudad, y finalmente a la Iglesia "que aquí peregrina y a todas las diócesis del Trivéneto".

  Benedicto XVI bendijo posteriormente la Capilla de la Santísima Trinidad, recientemente restaurada e  inauguró los locales de la Biblioteca del "Studium Generale Marcianum". Desde la Sede del Seminario Patriarcal partió en lancha hacia el aeropuerto "Marco Polo" de Tessèra, donde tomó el avión de regreso a Roma. Del aeropuerto de Ciampino se trasladó en helicóptero al Vaticano, donde llegó a las 21,00.
PV-ITALIA/                                    VIS 20110509 (540)

MENSAJE A LA ASAMBLEA NACIONAL DE ACCION CATOLICA ITALIANA

CIUDAD DEL VATICANO, 7 MAY 2011 (VIS).-Benedicto XVI ha enviado un mensaje a los participantes en la XIV Asamblea Nacional de la Acción Católica Italiana, que se inauguró ayer por la tarde en Roma y cuyo tema es: "Vivir la fe, amar la vida. El compromiso educativo de Acción Católica".

  El Papa escribe que los jóvenes y adolescentes de la Acción Católica "tienen ante sí el ejemplo de hombres y mujeres contentos de su fe, que quieren acompañar a las nuevas generaciones con amor, sabiduría y con la oración, que tratan (...) de afrontar los problemas más apremiantes de la vida cotidiana de la familia: la defensa de la vida, el sufrimiento de las separaciones y del abandono, la solidaridad en las desgracias, la acogida de los pobres y de los que no tienen hogar. Os siguen presbíteros asistentes que saben lo que significa educar a la santidad. En las diócesis están llamados a cooperar con vuestros obispos, de manera fiel, constante y directa en la vida y en la misión de la Iglesia".

  "En la línea trazada por los obispos -continúa- estáis especialmente llamados a valorizar vuestra vocación educativa. (...) Para educar es necesario (...) construir con la colaboración de todos un proyecto de vida cristiana basado en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia, poniendo en el centro una visión integral de la persona".

  El Santo Padre alienta a las asociaciones a ser "escuelas de santidad, donde se prepara para una completa dedicación a la causa del Reino de Dios, a un planteamiento de vida profundamente evangélico, que os caracteriza como laicos creyentes en los lugares de la vida cotidiana. Esto requiere una intensa oración personal y comunitaria, escucha continua de la Palabra de Dios, vida sacramental asidua".

  Refiriéndose a la formación en el compromiso cultural y político, el Papa subraya que "es una tarea importante que requiere un pensamiento plasmado por el Evangelio, capaz de argumentar ideas y propuestas válidas para los laicos". En este sentido recuerda que "Italia ha pasado por momentos históricos difíciles y ha salido revitalizada también por la entrega incondicional de laicos católicos, empeñados en la política y en las instituciones. Hoy en día, la vida pública del país requiere una respuesta más generosa por parte de los creyentes, para que pongan a disposición de todos las propias  capacidades y las propias fuerzas espirituales, intelectuales y morales".

  "Os pido -escribe Benedicto XVI- que sean generosos, solidarios, y sobre todo comunicadores de la belleza de la fe. (...) La Acción Católica puede ayudar a Italia a responder a su vocación peculiar, situada en el Mediterráneo, encrucijada de culturas, aspiraciones y tensiones que requieren una gran fuerza de comunión, solidaridad y generosidad. Italia siempre ha ofrecido a los pueblos vecinos y lejanos la riqueza de su cultura y de su fe, de su arte y de su pensamiento. Hoy, vosotros, cristianos laicos, estáis llamados a ofrecer con convicción la belleza de vuestra cultura y las razones de vuestra fe, así como la solidaridad fraterna, de modo que Europa esté a la altura del desafío histórico actual".
MESS/                                        VIS 20110509 (530)

AUDIENCIAS

CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAY 2011 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencia al obispo Jan Vokál, de Hradec Králové (República Checa), con sus familiares.
AP/                                        VIS 20110509 (20)

OTROS ACTOS PONTIFICIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAY 2011 (VIS).-El Papa nombró al padre David Maria A. Jaeger, O.F.M., prelado auditor del Tribunal de la Rota Romana. El padre Jaeger es profesor de Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Antonianum (Roma) y consultor de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Clero y del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos.

  El pasado sábado, 7 de mayo, nombró a monseñor Ciro Miniero obispo de la diócesis de Vallo della Lucania (superficie 1.562, población 161.000, católicos 157.000, sacerdotes 106, religiosos 106, diáconos permanentes 9) en Italia. El obispo electo nació en Nápoles (Italia) en 1958, fue ordenado sacerdote en 1982 y hasta ahora Decano del IX Decanato de la archidiócesis de Nápoles. Sucede al obispo Giuseppe Rocco Favale, cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptado por límite de edad.
NA:NER:RE/                                 VIS 20110509 (140)
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