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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL SILENCIO DE DIOS ES SOLO APARENTE


CIUDAD DEL VATICANO, 14 SEP 2011 (VIS).-El Santo Padre se trasladó esta mañana en helicóptero desde el palacio apostólico de Castel Gandolfo al Vaticano, para celebrar la audiencia general en el Aula Pablo VI. La catequesis de hoy versó sobre la primera parte del Salmo 22 (21 en la tradición greco-latina), profundizando en la oración de súplica a Dios.

 Este Salmo aflora continuamente en los relatos de la pasión de Jesús. Presenta la figura de un inocente rodeado de enemigos que desean su muerte, mientras él eleva su voz a Dios “en un lamento doloroso que, en la certeza de la fe, se abre misteriosamente a la alabanza”.

 El grito inicial del salmista, ‘Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado’, “es una llamada a un Dios que parece lejano, que no responde. (…) Dios calla, y este silencio lacera el ánimo del orante, que llama incesantemente sin encontrar respuesta”. Sin embargo, el orante “llama al Señor ‘Dios mío’, en un acto extremo de confianza y de fe. A pesar de las apariencias, el salmista no puede creer que la relación con el Señor se haya interrumpido totalmente”.

 El lamento inicial del salmo 22 figura en los evangelios de Mateo y Marcos como el grito lanzado por Jesús moribundo en la cruz. Benedicto XVI explicó que es expresión de toda la desolación de Cristo, hijo de Dios, “bajo el peso aplastante de una misión que debe pasar por la humillación y el aniquilamiento. (…) Por eso grita al Padre (…) Pero el suyo no es un grito desesperado, como no lo era el del salmista”, cuya súplica desemboca en la confianza en la victoria divina.

La violencia deshumaniza

 El Papa recordó que la historia sagrada “ha sido una historia de gritos de ayuda por parte del pueblo y de respuestas salvíficas por parte de Dios”. El salmista se refiere a la fe de sus padres, “que confiaron (…) sin quedar nunca desilusionados”. Y describe su propia situación de extrema dificultad, “para inducir al Señor a apiadarse e intervenir, como había hecho siempre en el pasado”.

 Los enemigos rodean al orante, “parecen invencibles, se han convertido en animales feroces y peligrosísimos (…) Estas imágenes usadas en el salmo sirven también para decir que cuando el hombre se hace brutal y agrede al hermano (…) parece perder toda semblanza humana; la violencia contiene siempre algo bestial y sólo la intervención salvífica de Dios puede restituir al hombre su humanidad”.

 En este punto, la muerte empieza a tomar posesión del salmista; describe con imágenes dramáticas, “que encontramos en las narraciones de la pasión de Cristo, la destrucción del cuerpo del condenado, la sed ardiente que atormenta al moribundo y que encuentra eco en la petición de Jesús ‘Tengo sed’, para llegar al gesto definitivo de los verdugos, que como los soldados al pie de la cruz, se reparten los vestidos de la víctima, considerada ya muerta”.

 Viene entonces un nuevo grito “que abre los cielos, porque proclama una fe, una certeza que va más allá de cualquier duda (…) El lamento se transforma y deja espacio a la alabanza (…), se abre a la acción de gracias. (…) El Señor ha salvado al pobre y le ha mostrado su rostro de misericordia. Muerte y vida se han cruzado en un misterio inseparable, y la vida ha triunfado. (…) Es la victoria de la fe, que puede transformar la muerte en un don de vida, el abismo del dolor en fuente de esperanza”. Así, este salmo nos lleva a revivir la pasión de Jesús y a compartir la alegría de la resurrección.

 Finalmente, el Papa invitó a distinguir la verdadera realidad más allá del aspecto exterior, “incluso ante la aparente ausencia de Dios, incluso en el silencio de Dios”. Y concluyó: “Poniendo toda nuestra confianza y nuestra esperanza en Dios Padre, en cualquier angustia podremos rezarle con fe, y nuestro grito de ayuda se transformará en canto de alabanza”.
AG/               VIS 20110914 (650)

EL PAPA RECUERDA LA SEMANA DE LA EDUCACION EN POLONIA Y ELOGIA A LA NUEVA BEATA SOR ELENA AIELLO

CIUDAD DEL VATICANO, 14 SEP 2011 (VIS).-En los saludos en diversos idiomas a los peregrinos, el Papa recordó que en Polonia se celebra la Semana de la Educación. “La educación, cuya meta es el desarrollo integral del ser humano -dijo- es una tarea que requiere la colaboración de los padres, de los maestros y los pastores, además de las respectivas autoridades locales y estatales. ¡Que esta Semana suscite en todos el sentido de responsabilidad para una buena formación de las mentes y los corazones de los jóvenes!”.

    “Hoy la liturgia nos hace meditar en el misterio de la Cruz del Señor y mañana en los dolores de su Madre. La Cruz de Cristo y el ejemplo de María, Virgen Dolorosa, iluminen vuestra existencia”, añadió en italiano y, a continuación, habló de la beatificación, hoy en Cosenza (Italia), de Sor Elena Aiello, fundadora de las Religiosas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

   “Poco después del Congreso Eucarístico Nacional de Ancona, la Iglesia en Italia se alegra por la elevación a la gloria de los altares de un alma eminentemente eucarística. Sor Elena Aiello solía decir que la Eucaristía era el alimento esencial de su vida (…), el que daba sentido a todas las acciones de la jornada. El ejemplo y la intercesión de la nueva beata acrecienten en todos el amor por el admirable sacramento del altar”, concluyó el pontífice.
AG/        VIS 20110914 (250)

COMUNICADO SOBRE FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PIO X

CIUDAD DEL VATICANO, 14 SEP 2011 (VIS).- Sigue el comunicado emitido hoy a mediodía por la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre la situación de  la Fraternidad  Sacerdotal San Pío X .

 “El 14 de septiembre 2011, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha tenido lugar un encuentro entre el cardenal William Joseph Levada, Prefecto de esa congregación y Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, el arzobispo Luis Ladaria, S.J., secretario de la misma  congregación y monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei con el obispo  Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, y los reverendos Niklaus Pfluger y Alain-Marc Nely, respectivamente primer y segundo Asistente  general de la Fraternidad.

 A raíz de la  súplica  dirigida por el Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X a Su Santidad Benedicto XVI el 15 de diciembre de  2008, el Santo Padre decidió levantar la excomunión a los cuatro obispos consagrados por el arzobispo Lefebvre, y al mismo tiempo, abrir una serie de coloquios doctrinales  con dicha Fraternidad con el fin de aclarar los problemas de orden doctrinal y superar la fractura existente.
 
  En cumplimiento de las disposiciones del Santo Padre, una comisión mixta de estudios  formada por expertos de la Fraternidad Sacerdotal  San Pío X y por expertos de la Congregación para la Doctrina de la Fe se reunió en ocho sesiones que se celebraron en Roma entre octubre de 2009 y abril de 2011. Estas conversaciones, cuyo objetivo era exponer y analizar las dificultades doctrinales esenciales sobre temas controvertidos, consiguieron aclarar las respectivas posturas y sus motivos.

  Incluso teniendo en cuenta las preocupaciones e instancias planteadas por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con respecto a la custodia de la integridad de la fe católica frente a la hermenéutica de ruptura del Concilio Vaticano II con la Tradición, mencionada en el discurso de Benedicto XVI a la Curia Romana el 22 de diciembre de 2005,  la Congregación para la Doctrina de la Fe considera que la base fundamental para lograr la reconciliación plena con la Sede Apostólica es la aceptación del texto del Preámbulo doctrinal entregado en la sesión del 14 de septiembre de 2011. Dicho  preámbulo establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el “sentire cum Ecclesia”, dejando abierto, al mismo tiempo, a una discusión legítima, el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares  presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo.

   Durante la misma sesión, se han propuesto algunos elementos de cara a una solución canónica para la Fraternidad Sacerdotal  San Pío X,  que serían sucesivos a la eventual y esperada  conciliación”.
OP/        VIS 20110914 (480)
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