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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 17 de octubre de 2011

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, VALIDA EN LA CRISIS ACTUAL



CIUDAD DEL VATICANO, 15 OCT 2011 (VIS).-“En estos ciento veinte años de desarrollo de la doctrina social de la Iglesia el mundo ha sido testigo de grandes cambios que no eran  ni siquiera imaginables en la época de la histórica encíclica de León XIII, (Rerum Novarum). Sin embargo, el cambio de las condiciones exteriores no ha cambiado el patrimonio interno del Magisterio social que promueve siempre la persona y la familia, en su contexto vital, incluida la empresa”.

  Estas fueron las palabras que dirigió el Papa a los participantes en el congreso anual de la fundación “Centesimus Annus Pro-Pontifice” dedicado este año a la relación entre familia y empresa y que coincide con el 20 aniversario de la encíclica de Juan Pablo II, “Centesimus Annus”, publicada 100 años después de la “Rerum Novarum” de León XIII y 30 de la Exhortación apostólica “Familiaris consortio”.

  “El Concilio Vaticano ha hablado de la familia en términos de Iglesia doméstica, de “santuario intocable”(...) También la economía con sus leyes debe siempre considerar el interés y la salvaguardia de esa célula primaria de la sociedad”, afirmó el pontífice, recordando que el beato Juan Pablo II en la Familiaris consortio indicó cuatro tareas propias de la institución familiar: la formación de una comunidad de personas; el servicio a la vida; la participación social y la participación eclesial. “Todas son funciones cuya base es el amor , al que la familia educa y forma (...) Y es ante todo en la familia donde se aprende que la  actitud justa en la sociedad, en el mundo del trabajo, de la economía, de la empresa, debe guiarse por la “caritas”, en la lógica de la gratuidad, de la solidaridad y la responsabilidad de unos con otros”, observó el pontífice.

  “En una situación tan difícil como la que vivimos, la crisis del trabajo y de la economía se acompaña a una crisis de la familia (...) Por eso hace falta una nueva síntesis armoniosa entre familia y trabajo, a la que la doctrina social de la Iglesia puede aportar una apreciable contribución”. En este contexto el Papa citó su encíclica “Caritas in veritate” en que escribe que “la justicia conmutativa –dar para tener- y la justicia distributiva- dar por deber- no son suficientes en la vida social. Porque para que haya verdadera justicia es necesario añadir gratuidad y solidaridad. La solidaridad es en primer lugar que todos se sientan responsables de todos. Por eso no puede delegarse solamente al Estado”.

  En este caso “Caridad en la verdad”  subrayó Benedicto XVI, significa “la necesidad de dar forma y organización a las iniciativas económicas que, sin renunciar al beneficio, quieren ir más allá de la lógica del intercambio de cosas equivalentes y del lucro como fin en sí mismo”.

  “No compete a la Iglesia definir los caminos para hacer frente a la crisis actual. No obstante, los cristianos, tienen el deber de denunciar los males, de testimoniar y mantener vivos los valores en que se funda la dignidad de la persona y de promover las formas de solidaridad que favorezcan el bien común, para que la humanidad se transforme cada vez más en familia de Dios”, concluyó.
AC/        VIS 20111015 (540)

BENEDICTO XVI UTILIZARA MAÑANA LA PLATAFORMA MOVIL DE JUAN PABLO II



CIUDAD DEL VATICANO, 15 OCT 2011 (VIS).-Mañana domingo, con motivo de la celebración de la Misa en la basílica de San  Pedro, el Santo Padre, en el transcurso de la procesión de entrada desde la sacristía hasta el altar central, se servirá de la plataforma móvil utilizada por Juan Pablo II.

  “El motivo es exclusivamente el de facilitar la labor del Santo Padre, del mismo modo en que  se hace ya con el Papamóvil en las procesiones en ambientes exteriores y en la Plaza de San Pedro”, explicó hoy a mediodía el  director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi S.I
OP/        VIS 20111017 (120)

EL PAPA ANUNCIA UN “AÑO DE LA FE”



CIUDAD DEL VATICANO, 16 OCT 2011 (VIS).-Benedicto XVI anunció la convocación de un “Año de la fe”, en el curso de la celebración eucarística que concluía el primer encuentro internacional de los Nuevos Evangelizadores organizado por  el Pontifico Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

   El Año de la Fe iniciará el 11 de octubre del 2012, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre del 2013, Solemnidad de Cristo Rey del Universo y su objetivo es “impulsar la misión de  la Iglesia de conducir a los hombres fuera  del desierto, en el que a menudo se encuentran, hacia el lugar de sus vidas, la amistad con Cristo, que nos da la vida plena”. Ese año brindará la ocasión de “reforzar nuestra  fe en Dios y anunciarlo con gozo al hombre de nuestro tiempo”.

  Comentando las lecturas de la liturgia dominical, el Papa recordó que había que comprender la misión de la Iglesia a la luz “del  sentido teológico de la historia: las grandes transformaciones, el sucederse de las grandes potencias, están bajo el supremo dominio de Dios; ningún poder terreno puede colocarse en su lugar. La teología de la historia es un aspecto importante, esencial, de la nueva evangelización, porque la humanidad de nuestro tiempo, después de la nefasta estación de los imperios totalitarios del siglo XX, necesita reencontrar una visión global del mundo y del tiempo, una visión verdaderamente libre y  pacifica como la que  el Concilio Vaticano II transmitió en sus documentos, y que mis predecesores, el siervo de Dios Pablo VI y el beato Juan Pablo II, ilustraron con su Magisterio”.

 “La evangelización para ser eficaz -advirtió- tiene necesidad de la fuerza del Espíritu, que anima el anuncio e infunde en quien lo lleva aquella “plena certeza” de que nos habla San Pablo (...) Los nuevos evangelizadores están llamados a caminar en primera fila en ese camino  que es Cristo, para dar a conocer a belleza del Evangelio que nos da la vida. Y en este camino, nunca  se camina solos, sino  en compañía: es una experiencia de comunión y de fraternidad que se brinda  a cuantos encontramos, para hacer partícipes a los demás de  nuestra experiencia de Cristo y de su Iglesia. Así, el testimonio, junto al anuncio, abrirá los corazones de los que  buscan la verdad para descifrar el sentido de su vida”.

   Por último, el Santo Padre se refirió al pasaje del Evangelio que narra la cuestión del tributo al César y subrayó que la frase de Jesús “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, “es muy rica de contenido antropológico, y no se puede reducir solamente al ámbito político. La Iglesia, por tanto, no se limita a recordar a los hombres la justa distinción entre la esfera de autoridad de César y la de Dios, entre el ámbito político y el religioso. La misión de la Iglesia, como la de Cristo, es esencialmente hablar de Dios, rememorar su soberanía y recordar a todos, especialmente a los cristianos que han perdido su propia identidad, el derecho de Dios sobre lo que le pertenece, es decir, nuestra  vida”.
HML/        VIS 20111017 (550)

MISION AD GENTES Y NUEVA EVANGELIZACION; TAREA COMUN DE LA IGLESIA




CIUDAD DEL VATICANO, 16 OCT 2011 (VIS).-En el Ángelus, rezado con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, después de la Misa de clausura del encuentro internacional de los Nuevos Evangelizadores,  Benedicto XVI recordó que el beato Juan Pablo II, fue un “gran defensor de la misión ad gentes, es decir  a los pueblos y a los territorios donde el Evangelio aún no ha echado raíces, y un heraldo de la nueva evangelización”. “Ambos-dijo- son aspectos de la única misión de la Iglesia, y es  significativo considerarlos juntos en este mes de octubre, caracterizado por la celebración de la Jornada Misionera Mundial que se celebra el próximo domingo”.

  Después el Papa habló de la convocación, anunciada en la homilía,  del “Año de la Fe”, cuyas motivaciones,  finalidad y  líneas directivas se publicarán en su Carta apostólica que se dará a conocer dentro de poco. “También Pablo VI – agregó- convocó un “Año de la fe” en 1967, con ocasión del décimo noveno centenario del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo y en una época de grandes cambios culturales. Considero que, transcurrido medio siglo de la apertura del Concilio, ligada a la feliz memoria del beato Juan XXIII, sea oportuno recordar la belleza y la centralidad de la fe, la exigencia de reforzarla y profundizarla a nivel personal y comunitario, y de  hacerlo en perspectiva no tanto conmemorativa, sino misionera, en la óptica de la misión ad gentes y de la nueva evangelización”.
ANG/        VIS 20111017 (260)

CARTA APOSTOLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO PORTA FIDEI



CIUDAD DEL VATICANO, 17 OCT 2011 (VIS).-Hoy se ha hecho pública una Carta Apostólica en forma de Motu proprio con la cual el Papa Benedicto XVI proclama un Año de la fe, que iniciará el 11 de octubre del 2011 -en el L aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II-, y terminará con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, el 24 de noviembre 2013. Ofrecemos a continuación algunos extractos de esta carta, “Porta fidei”:

“’La puerta de la fe’, que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma”. (…)

 “Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro, he recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. (…) Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”. (…)

  “A la luz de todo esto, he decidido convocar un Año de la fe. Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán también los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por mi Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, con la intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe”. (…)

  “Y (…) he convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre de 2012, sobre el tema de La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe. No es la primera vez que la Iglesia está llamada a celebrar un Año de la fe. Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, proclamó uno parecido en 1967 (…) Esta (celebración) concluyó con la Profesión de fe del Pueblo de Dios, para testimoniar cómo los contenidos esenciales que desde siglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienen necesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las del pasado”. (…)

  “He pensado que iniciar el Año de la fe coincidiendo con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II puede ser una ocasión propicia para comprender que los textos dejados en herencia por los Padres conciliares (…) Yo también deseo reafirmar con fuerza lo que dije a propósito del Concilio pocos meses después de mi elección como Sucesor de Pedro: ‘Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta, puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia’”.

  “La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó. Precisamente el Concilio, en la Constitución dogmática Lumen gentium, afirmaba: (…) La Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación”. (…)

  “En esta perspectiva, el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados. (…)Para el apóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una nueva vida. (…) Gracias a la fe, esta vida nueva plasma toda la existencia humana en la novedad radical de la resurrección. (…) La ‘fe que actúa por el amor’ (Ga 5, 6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre”. (…)

  “Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo”. (…)

  “Así, la fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios”. (…)

  “Queremos celebrar este Año de manera digna y fecunda. Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo. Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo.

  “Deseamos que este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía (…) Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble. Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree, es un compromiso que todo creyente debe de hacer propio, sobre todo en este Año”.

  “El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. Y este «estar con él» nos lleva a comprender las razones por las que se cree. La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree (...) La misma profesión de fe es un acto personal y al mismo tiempo comunitario. En efecto, el primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación”.

 “Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia. El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica por tanto que, cuando se cree, se acepta libremente todo el misterio de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo que se revela y da a conocer su misterio de amor”.

  “Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas en nuestro contexto cultural, aún no reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda es un auténtico “preámbulo” de la fe, porque lleva a las personas por el camino que conduce al misterio de Dios. La misma razón del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de «lo que vale y permanece siempre».  Esta exigencia constituye una invitación permanente, inscrita indeleblemente en el corazón humano, a ponerse en camino para encontrar a Aquel que no buscaríamos si no hubiera ya venido.  La fe nos invita y nos abre totalmente a este encuentro”.

 “Para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, todos pueden encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica un subsidio precioso e indispensable. Es uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II (...) Precisamente en este horizonte, el Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica (...) El Catecismo ofrece una memoria permanente de los diferentes modos en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina, para dar certeza a los creyentes en su vida de fe”.

“ Así, pues, el Catecismo de la Iglesia Católica podrá ser en este Año un verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural. Para ello, he invitado a la Congregación para la Doctrina de la Fe a que, de acuerdo con los Dicasterios competentes de la Santa Sede, redacte una Nota con la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentes algunas indicaciones para vivir este Año de la fe de la manera más eficaz y apropiada, ayudándoles a creer y evangelizar”.

 “En efecto, la fe está sometida más que en el pasado a una serie de interrogantes que provienen de un cambio de mentalidad que, sobre todo hoy, reduce el ámbito de las certezas racionales al de los logros científicos y tecnológicos. Pero la Iglesia nunca ha tenido miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad.

“A lo largo de este Año, será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado. Mientras lo primero pone de relieve la gran contribución que los hombres y las mujeres han ofrecido para el crecimiento y desarrollo de las comunidades a través del testimonio de su vida, lo segundo debe suscitar en cada uno un sincero y constante acto de conversión, con el fin de experimentar la misericordia del Padre que sale al encuentro de todos”.
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 “ El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad (...) La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor resucitado”.

 “Llegados sus últimos días, el apóstol Pablo pidió al discípulo Timoteo que ‘buscara la fe’ con la misma constancia de cuando era niño. Escuchemos esta invitación como dirigida a cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, ésa que no tiene fin”.
LIT/        VIS 20111017 (2100)

MONGOLIA: ENTENDIMIENTO Y COOPERACION ENTRE IGLESIA Y ESTADO

   


CIUDAD DEL VATICANO, 17 OCT 2011 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana en audiencia al presidente de la república de Mongolia, Tsakhiagiin Elbegdorj, que sucesivamente se encontró con el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, a quien acompañaba el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.

  “Las conversaciones transcurrieron en un clima de cordialidad: se habló de las buenas relaciones entre Mongolia y la Santa Sede y del entendimiento y la cooperación entre la Iglesia y el Estado en el ámbito educativo y social”, explica un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

   “Asimismo se ha pasado revista a la situación política en el continente asiático,  subrayando la importancia del diálogo cultural e interreligioso para la promoción de la paz y la justicia”.
OP/        VIS 20111017 (140)

EN BREVE



EL SANTO PADRE ha enviado un mensaje al director general de la FAO, Jacques Diouf, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación 2011. Benedicto XVI recuerda la dramática situación que viven los pueblos del Cuerno de Africa, y afirma que “es esencial la ayuda inmediata, pero también es necesario intervenir a medio y largo plazo para que la actividad internacional no se limite a responder solamente a las emergencias. (…) El sentimiento de compasión y humanidad hacia los demás, el deber de solidaridad y el compromiso con la justicia han de volver a ser la base de toda actividad, incluidas las que lleva a cabo la comunidad internacional”.

LOS MIEMBROS DEL SINODO PERMANENTE DE LA IGLESIA SIRO-MALABAR de la India, encabezados por el Arzobispo Mayor George Alencherry, de Ernakulam-Angamaly de los Siro-Malabares, fueron recibidos el lunes 17 en audiencia por el Santo Padre. El pontífice afirmó que la Iglesia Siro-Malabar goza en su país del “respeto de la comunidad local, por su trabajo en el campo de la educación y por sus instituciones sociales y caritativas al servicio de toda la comunidad. Sé que la vida de los cristianos se ha visto complicada por la desconfianza sectaria e incluso por la violencia, pero os animo a seguir trabajando con las personas de buena voluntad de todas las religiones de la zona, a fin de mantener la paz y la armonía en la región, por el bien de la Iglesia y el de todos los ciudadanos”.

EL PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN ha celebrado este fin de semana un encuentro bajo el lema “La palabra de Dios crece y se difunde”. El sábado por la tarde, los participantes fueron recibidos en audiencia por Benedicto XVI quien les dijo que “el mundo de hoy necesita personas que anuncien y testimonien que es Cristo quien nos enseña el arte de vivir, el camino hacia la verdadera felicidad, porque Él mismo es el camino de la vida; personas que, en primer lugar, tengan ellas mismas la mirada fija en Jesús, el Hijo de Dios: la palabra del anuncio debe estar siempre inmersa (…) en una intensa vida de oración. El mundo de hoy necesita personas que hablen a Dios para poder hablar de Dios”.

BENEDICTO XVI ha escrito un mensaje al presidente de la Acción Episcopal “Adveniat”, el Obispo Franz-Josef Overbeck, de Essen (Alemania), con motivo del L aniversario de la fundación de dicha entidad. “Con sus generosas donaciones y su trabajo desinteresado sobre el terreno –escribe el Pontífice-, los católicos alemanes han podido realizar muchos proyectos eclesiales de ayuda a los países de América Latina. Esta expresión generosa de caridad cristiana merece un reconocimiento sincero”.  El Papa invita también a “Adveniat” a que dirija siempre su acción “al hombre en su totalidad, a sus necesidades naturales y sobrenaturales. Así el reino de Dios crecerá verdaderamente entre nosotros”.

LOS MUSEOS VATICANOS han participado en la Feria del Libro de Frankfurt, que desde los días 12 a 16 de octubre ha reunido a 7.500 expositores  procedentes de 111 países. Las Ediciones de los Museos Vaticanos han presentado en la Feria sus últimas novedades. Entre ellas, cabe destacar la obra en cuatro volúmenes “Capilla Sixtina. La palabra de Dios en imágenes humanas”, de Timothy Verdon. El rico catálogo de las Ediciones de los Museos Vaticanos comprende publicaciones científicas, didácticas y divulgativas -tanto colecciones como monografías-, caracterizadas por la alta calidad de textos e imágenes. Muchas de ellas están disponibles en varias lenguas.
…/EN BREVE/…         VIS 20111017 (580)

AUDIENCIAS




CIUDAD DEL VATICANO, 17 OCT 2011 (VIS).-El Santo Padre ha recibido hoy en audiencias separadas:

- Arzobispo George Alencherry, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los  Siro-Malabares (India)

-Arzobispo Joseph Chennoth, nuncio apostólico en Japón.

El pasado sábado, día 15, el Santo Padre recibió en audiencias separadas:

-Arzobispo Juliusz Janusz, Nuncio Apostólico en Eslovenia, con cargo de Delegado   Apostólico en Kosovo.

-Diez prelados de la Conferencia Episcopal de Australia, en visita “Ad Limina”:

      -Obispo Brian Heenan, de Rockhampton

      -Obispo Brian Vincent Finngan, Administrador apostólico “ad nutum Sanctae Sedis” ,de Toowoomba

      -Obispo Michael Ernest Putney, de Townsville

      -Arzobispo  Denis James Hart, de Melbourne, con los  obispos auxiliares: Leslie  Rogers Tomlinson, Timothy Costelloe, S.D.B. y Peter John Elliott

      -Obispo ‘Ad Abikaram, de Saint Maron de Sidney de los Maronitas

      -Obispo Christopher Charles Prowse, de Sale

     -Monseñor  Francis Marriott, Administrador Diocesano de Sandhurst
AP:AL/          VIS 20111017 ( 140 )

OTROS ACTOS PONTIFICIOS




CIUDAD DEL VATICANO, 17 OCT 2011 (VIS).-El Santo Padre ha nombrado a monseñor Drazen Kutlesa obispo coadjutor de la diócesis de Porec i Pula (superficie 2.839, población 218.125, católicos 185.472, sacerdotes 116, religiosos 83, diáconos permanentes 1) en Croacia. El obispo electo nació en 1968 en Tomislagrav (Bosnia y Herzegovina). Estudió filosofía y teología en el Seminario Mayor de Sarajevo, fue ordenado sacerdote en 1993. En 1994 se licenció en la Facultad de Teología de Zagreb (Croacia) y en 2001 se doctoró en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Urbaniana. De 1993 a 1995 fue vicario parroquial en la Pontificia Universidad Urbaniana. Entre 1998 y 2006 desempeñó los siguientes cargos: administrador parroquial de Grude; profesor de derecho canónico en el Instituto Teológico de Mostar; vicecanciller de la curia diocesana; miembro del Colegio de Consultores y del Consejo del Presbiterio; miembro del Consejo Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Bosnia y Herzegovina. Desde 2006 es oficial de la Congregación para los Obispos y desde 2011 colaborador de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

  El sábado, 15 de octubre, el Santo Padre nombró nuncio apostólico en Perú al arzobispo James Patrick Green, quien hasta ahora ha sido Nuncio Apostólico en Sudáfrica, Namibia, Lesotho, Swazilandia y Bostwana.
NEC: NN/             VIS 20111017 ( 40 )
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