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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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domingo, 17 de marzo de 2013

PAPA FRANCISCO:EL MENSAJE DE CRISTO ES LA MISERICORDIA


Ciudad del Vaticano, 17 marzo 2013 (VIS).-El Papa Francisco ha celebrado esta mañana la Santa Misa en la parroquia de Santa Ana en el Vaticano a cuyas puertas se agolpaba desde primeras horas de la mañana una impresionante multitud. El pontífice ha sido recibido por el párroco y por el cardenal Angelo Comastri, su vicario para la Ciudad del Vaticano.

El Evangelio de hoy, V domingo de Cuaresma narra el episodio de la mujer adúltera que los fariseos querían lapidar y, en cambio, Cristo perdona, mientras los que la acusaban se dispersan atemorizados por las misteriosas palabras que Jesús escribe con el dedo en la tierra.

En su homilía el Santo Padre ha recordado que antes de este episodio, Jesús se había retirado a la montaña para rezar y después había bajado al Templo, donde todos lo escuchaban, hasta que al final, lo dejan sólo con esta mujer. “La soledad de Jesús - ha dicho- es una soledad fecunda: sea la de su oración con el Padre como la otra, tan hermosa, de su misericordia con aquella mujer. Este es el mensaje de la Iglesia hoy”.

"Hay una diferencia entre el pueblo -ha proseguido- Por una parte estaba el pueblo que a acudía a escucharlo, y ante el cual El se sentaba y les enseñaba. Ese es el pueblo que quería escuchar las palabras de Jesús; el pueblo del corazón abierto, necesitado de la Palabra de Dios”. Sin embargo, "había otros que no escuchaban, que no podían escuchar. Y entre ellos estaban los que habían ido con aquella mujer: esta es una cualquiera. Tenemos que hacer lo que Moisés nos mandó hacer con mujeres como ella”.

"Creo que también nosotros, somos cómo este pueblo que, por una parte quiere escuchar a Jesús, pero al que, por otra, a veces, le gusta cebarse con los demás ¿no?, condenar a los demás ¿no? . El mensaje de Jesús es éste: misericordia. Para mí, lo digo con humildad, es el mensaje principal del Señor: la misericordia. El mismo lo ha dicho: “No he venido por los justos: los justos se justifican solos (...) Yo he venido por los pecadores”.

Pensad, por ejemplo, en los comentarios de algunos después de la vocación de Mateo, el recaudador de impuestos: ¡Pero éste va con los pecadores!. Y El, ha venido por nosotros cuando reconocemos que somos pecadores. Pero si somos como aquel fariseo que decía ante el altar: "Te doy gracias Señor, porque no soy como los otros hombres, y tampoco , como este publicano que está en la puerta..", no conocemos el corazón del Señor y non tendremos nunca la alegría de sentir esta misericordia. “No es fácil confiar en la misericordia de Dios porque es un abismo incomprensible. Pero tenemos que hacerlo”.

El Papa ha explicado, que a veces la gente dice a los sacerdotes: “Oh, padre, si supiera que vida llevo no me diría estas cosas” . “¿Por qué, qué has hecho?”. “He hecho cosas tremendas". “Pues mejor! Vete con Jesús. Le gusta que le cuentes lo que has hecho. El se olvida, tiene una capacidad especial de olvidar especial. Se olvida, te besa, te abraza, y te dice solamente: “Tampoco yo te condeno: Ve, y de ahora en adelante no peques más”. Sólo te da ese consejo. Después de un mes, estamos en las mismas ... Volvemos al Señor. El Señor nunca se cansa de perdonar, ¡nunca! .Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Y pidamos la gracia de no cansarnos nunca de pedir perdón, porque él nunca se cansa de perdonar. Pidamos esta gracia ".

Terminada la Misa, Francisco ha presentado a algunos de los participantes en la celebración:

Aquí - ha dicho- hay algunos que no son parroquianos: estos sacerdotes argentinos; uno es mi obispo auxiliar, pero por hoy son parroquianos míos. Pero quiero que conozcáis a un sacerdote que viene de muy lejos y que está aquí: un sacerdote que desde hace tiempo trabaja con los chicos de la calle, con los drogadictos. Ha abierto una escuela para ellos, ha hecho tantas cosas para que conocieran a Jesús, y todos éstos chicos y chicas de la calle hoy trabajan, gracias a lo que han podido estudiar; son capaces de trabajar, creen y aman a Jesús”. El Papa se ha dirigido entonces al sacerdote diciéndole: “Ven, ven a saludar a la gente. Rezad por él; trabaja en Uruguay, es el fundador del Liceo Jubilar Juan Pablo II; éste es su trabajo. No sé cómo ha llegado hoy aquí. Me enteraré. Gracias, Rezad por él”.

Después de los saludos a los feligreses, el Papa se ha asomado a la calle de Porta Angelica, adyacente a la Puerta de Santa Ana -una de las entradas del Vaticano- para saludar a los miles de personas que querían verlo antes de que rezase su primer Ángelus.

EL SANTO PADRE: "SI DIOS NO PERDONASE TODO, EL MUNDO NO EXISTIRÍA"


Ciudad del Vaticano, 17 marzo 2013 (VIS).- "No olvidéis esto: el Señor nunca se cansa de perdonar ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios con cada uno?". El Papa Francisco se lo decía a las cerca de 200.000 personas que habían viajado de toda Italia durante la noche y, los días anteriores, de otros muchos países del mundo, para poder vivir este primer ángelus con el nuevo Papa. Para todos, una cita histórica.

Duró 15 minutos, no más, buena parte de ellos escuchados en silencio: "Si Dios no perdonase tanto, el mundo no existiría", afirmó el Santo Padre. Y desde la plaza, desde la Vía de la Conciliazione, desde las calles vecinas no se oía ni un chasquido. El Romano Pontífice, Francisco, hablaba en italiano. "Me gusta, mi Papa", decía con su media lengua Francesco, 3 años, en hombros de su padre.

"Estoy contento de que este encuentro con vosotros sea en domingo; este es un día para que nosotros los cristianos nos saludemos, hablemos, como lo estamos haciendo aquí, ahora, en esta plaza grande, que gracias a la medida, tiene las dimensiones del mundo".

El encuentro llevaba días preparándose. A través de los medios -sobre todo la televisión y la radio- muchos tenían ya una idea de quién era el nuevo Papa. "Lo vi en televisión y me conmovió... por su humildad... Es uno de los nuestros", comentaba Angélica, 30 años, que se había levantado a las 6 de la mañana para llegar a San Pedro.

El Santo Padre ha querido comentar el evangelio del día, los pasajes que narran el episodio de la mujer adultera. "El rostro de Dios es el de un Padre misericordioso que siempre tiene paciencia (…) No se cansa de perdonarnos si sabemos volver a El con el corazón contrito. Grande es la misericordia del Señor". Afirmaciones contundentes por parte del nuevo Papa que él combina con comentarios espontáneos, hechos al margen, llenos de buen humor.

Publicamos a continuación el texto completo de las palabras del Papa: "Hermanos y hermanas, buenos días. ¡Después de la primera reunión del miércoles pasado, hoy de nuevo puedo saludar a todos! ¡Y estoy feliz de hacerlo en domingo, en el día del Señor! Esto es hermoso e importante para nosotros cristianos, reunirnos el domingo, saludarnos, hablarnos como ahora aquí, en la plaza. Una plaza que, gracias a los medios de comunicación, tiene la dimensión del mundo. En este quinto domingo de Cuaresma, el Evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera, a la que Jesús salvó de la condena a muerte. Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión "Tampoco yo te condeno ¡Vete y ya no vuelvas a pecar!" ¡Oh, hermanos y hermanas, el rostro de Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia! ¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que tiene con cada uno de nosotros? ¡Eh, esa es su misericordia! Siempre tiene paciencia: tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos volver a Él con el corazón contrito. "Grande es la misericordia del Señor."

Luego continuó: "En estos días, he podido leer un libro de un cardenal -el Cardenal Kasper, un teólogo muy competente, ¿eh?, un buen teólogo– sobre la misericordia. Y me ha hecho mucho bien, ese libro, pero no penséis que hago publicidad que a los libros de mis cardenales, ¿eh? No es así, pero me ha hecho tanto bien, tanto bien... El cardenal Kasper decía que sentir misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos oír: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo. Necesitamos entender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso, que tiene tanta paciencia... Recordemos el profeta Isaías, que afirma que aunque nuestros pecados fuesen color rojo escarlata, el amor de Dios los convertirá en blancos como la nieve".

A continuación comentó: "¡Es hermoso, lo de la misericordia! Recuerdo, cuando apenas era obispo, en 1992, llegó a Buenos Aires la Virgen de Fátima y se hizo una gran misa para los enfermos. Fui a confesar, a aquella misa. Y casi al final de la misa me levanté porque tenía que administrar una confirmación. Vino hacia mí una mujer anciana, humilde, muy humilde, de más de ochenta años. La miré y le dije: "Abuela – porque allí llamamos así a los ancianos- abuela, ¿se quiere confesar?" "Sí", me dijo. "Pero si usted no ha pecado..." Y ella me dijo: "Todos tenemos pecados"... "Pero el Señor ¿no la perdona?" "El Señor perdona todo" me dijo, segura. "Pero, ¿cómo lo sabe usted, señora?". "Si el Señor no perdonase todo, el mundo no existiría".

Me entraron ganas de preguntarle: "Dígame, señora, usted ha estudiado en la Universidad Gregoriana?", porque esa es la sabiduría que da el Espíritu Santo: sabiduría interior de la misericordia de Dios. No olvidemos esta palabra: ¡Dios nunca se cansa de perdonarnos, nunca!”. El Papa, poniéndose en el lugar del sacerdote, ha improvisado un diálogo: “Entonces, padre, ¿cuál es el problema?". "Bueno, el problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón! Pero El nunca se cansa de perdonar; somos nosotros los que , a veces, nos cansamos de pedir perdón. Y no tenemos que cansarnos nunca, nunca. Él es el Padre amoroso que perdona siempre y cuyo corazón está lleno de misericordia para todos nosotros. Tenemos que aprender a ser más misericordiosos con todos. Invoquemos la intercesión de la Virgen María, que ha tenido en sus brazos a la Misericordia de Dios hecho hombre ".

Al final del Ángelus, el Papa ha saludado a las decenas de miles de fieles que llenaban la Plaza de San Pedro: "Gracias por vuestra acogida y vuestra oración - ha dicho- Os pido que recéis por mí. Renuevo mi abrazo a los fieles de Roma y lo extiendo a todos vosotros, que habéis venido de varias partes de Italia y del mundo, así como a aquellos que se unen a nosotros a través de los medios de comunicación. He elegido el nombre del santo patrono de Italia, San Francisco de Asís y esto refuerza mis lazos espirituales con esta tierra, de la que- como sabéis - es originaria mi familia. Pero Jesús nos ha llamado a ser parte de una nueva familia: su iglesia; esta familia de Dios, para caminar juntos por los caminos del Evangelio. ¡Que el Señor os bendiga y la Virgen os proteja! Y no os olvidéis de ésto: El Señor nunca se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón”.

Una ovación atronadora acogió las últimas palabras del Papa a la multitud reunida en la Plaza: “Buen domingo y que os aproveche el almuerzo”. Fueron sólo 15 minutos. Un cuarto de hora que, para muchos miles, tuvo un atractivo más fuerte que las otras dos citas que hoy se disputaban en Roma: El maratón de la ciudad, y el Día de Puertas Abiertas del Quirinal.
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