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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 29 de diciembre de 2014

Comienza en Pompeya la visita de Francisco a Nápoles

Ciudad del Vaticano, 29 diciembre 2014 (VIS).-Pompeya será la puerta del viaje del Papa Francisco a la región italiana de Campania. El 21 de marzo el Santo Padre comenzará su peregrinación a Nápoles partiendo del santuario dedicado a la Virgen del Rosario en Pompeya, como ha anunciado el arzobispo prelado y delegado pontificio de esa sede, Tommaso Caputo, añadiendo que la visita del Papa representa un evento de extraordinario relieve eclesial.

''La devoción tierna y filial por la Virgen que el Papa manifiesta -explica el prelado- está en las raíces del fuerte compromiso de la Iglesia de Pompeya con los más humildes y necesitados...Hoy más que nunca no ceja nuestra tarea que une estrechamente los motivos de la caridad, con las exigencias de la justicia y el respeto de la dignidad de toda persona. Además de la alegría por su venida, esperamos que el Papa Francisco nos indique el camino a seguir para estar todavía mas cerca de nuestra gente y ser más solidarios con ella''.

San Juan Pablo II también fue a Pompeya el 21 de octubre de 1979 durante su visita a Nápoles y clausuró en esa localidad el 7 de octubre de 2003 el Año del Rosario. Asimismo Benedicto XVI estuvo en Pompeya, siempre en el mes del Rosario, octubre de 2008.

Gran participación de fieles en los encuentros con el Papa Francisco de 2014

Ciudad del Vaticano, 29 diciembre 2014 (VIS).-La Prefectura de la Casa Pontificia ha hecho público un comunicado en el que señala que en el año 2014, más de 5.900.000 fieles han participado en los diversos encuentros con el Papa Francisco: audiencias generales (1.199.000) y especiales (567.100), celebraciones litúrgicas en la Basílica Vaticana y en la plaza de San Pedro (1.110.700), Ángelus y Regina Coeli (3.040.000). Estos datos se refieren solamente a los encuentros que han tenido lugar en el Vaticano, y no incluyen otros actos con gran participación de fieles, como los viajes apostólicos a la República de Corea, Turquía o Tierra Santa, y también los varios viajes en Italia o las visitas en la diócesis de Roma. El total de los fieles se estima en 5.916.800.

La Prefectura de la Casa Pontificia recuerda que se trata de datos aproximados, calculados sobre la base de las peticiones de participación en los encuentros con el Papa y de las invitaciones distribuidas por la Prefectura. Asimismo, se ha realizado una estima del número de presencias en momentos como el Ángelus y las grandes celebraciones en la Plaza de San Pedro.

Ángelus: Jesús acerca a las generaciones

Ciudad del Vaticano, 28 de diciembre 2014(VIS).-''Jesús acerca a las generaciones'', afirmó el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, comentando en el Ángelus del mediodía, el Evangelio de hoy que narra el episodio de la Presentación en el templo, cuando María y José, cuarenta días después del nacimiento de Jesús, obedeciendo a la ley mosaica lo llevan al templo de Jerusalén y allí encuentran a los ancianos Simeón y Ana.

''Podemos imaginar a esta pequeña familia, en medio de tanta gente, en los grandes patios del templo. No salta a la vista, no se distingue... Y, sin embargo -observó el Santo Padre- no pasa desapercibida. Dos ancianos, Simeón y Ana, movidos por el Espíritu Santo, se acercan y empiezan a alabar a Dios por ese niño en el que reconocen al Mesías, luz de las gentes y salvación de Israel. Es un momento sencillo, pero rico de profecía: el encuentro entre dos jóvenes esposos, llenos de alegría y fe por la gracia del Señor y dos ancianos, ellos también llenos de alegría y de fe por la acción del Espíritu. ¿Quien hace que se encuentren? : Jesús. Jesús hace que se encuentren los jóvenes y los ancianos. Jesús es Aquel que acerca a las generaciones. Es la fuente de ese amor que une a las familias y a las personas, venciendo cualquier desconfianza, cualquier aislamiento, cualquier lejanía...La buena relación entre los jóvenes y los ancianos es decisiva para el camino de la comunidad civil y eclesial''. ''Y mirando a estos dos ancianos, a estos dos abuelos, a Simeón y a Ana -exclamó- saludamos desde aquí con un aplauso a todos los abuelos del mundo''.

''El mensaje que procede de la Sagrada Familia -continuó Francisco- es ante todo un mensaje de fe...Por eso la Familia de Nazaret es santa...porque está centrada en Jesús. Cuando los padres y los hijos respiran juntos este clima de fe tienen una energía que les permite hacer frente a pruebas difíciles como demuestra la experiencia de la Sagrada Familia... en el evento dramático de la huida a Egipto''.

''El Niño Jesús con su madre María y con san José son un icono familiar tan sencillo como luminoso...La luz que despide la Sagrada Familia nos alienta a ofrecer calor humano en las situaciones familiares en las que, por varios motivos, falta la paz, falta la armonía, falta el perdón.¡Que no falte nuestra solidaridad concreta sobre todo con esas familias que atraviesan por situaciones difíciles como las enfermedades, la falta de trabajo, la discriminación, la necesidad de emigrar!''. ''Y ahora -concluyó- recemos en silencio por todas estas familias''.

Después de rezar el Ángelus, el Papa recordó a los pasajeros del avión de Malasia desaparecido mientras viajaba entre Indonesia y Singapur y a los de las naves en tránsito en las aguas del Adriático que han sufrido diversos percances. ''Estoy cercano con el afecto y la oración -dijo- a los familiares, a cuantos viven con temor y sufrimiento estas difíciles situaciones y a los que tomar parte en las operaciones de socorro''.


Las familias numerosas son una esperanza para la sociedad

Ciudad del Vaticano, 28 de diciembre 2014 (VIS).-En la festividad de la Sagrada Familia, el Papa Francisco recibió en el Aula Pablo VI a una amplia representación de familias numerosas italianas venidas a Roma con motivo del décimo aniversario de la asociación que las agrupa. También estaban presentes diversas familias procedentes de toda Europa.

''Habéis venido con los frutos más hermosos de vuestro amor -dijo el Papa- La maternidad y la paternidad son dones de Dios, pero acoger el don, maravillarse de su belleza y hacer que resplandezca en la sociedad, es tarea vuestra. Cada uno de vuestros hijos es una criatura única que no se repetirá nunca más en la historia de la humanidad. Cuando se comprende esto, es decir que cada uno ha sido querido por Dios, nos asombramos del milagro tan grande que es un hijo''.

''Y vosotros, niños y niñas -afirmó dirigiéndose a los más pequeños- sois precisamente ésto: cada uno de vosotros es un fruto único del amor, venís del amor y crecéis en el amor. Sois únicos, pero no estáis solos. Y el hecho de tener hermanos y hermanas os hace bien: los hijos e hijas de una familia numerosa son más capaces de comunión fraternal desde la primera infancia. En un mundo marcado a menudo por el egoísmo, la familia numerosa es una escuela de solidaridad y de división, y estas actitudes benefician después a toda la sociedad''.

''Vosotros, chicos y chicas -prosiguió- sois los frutos del árbol que es la familia: sois frutos buenos cuando el árbol tiene buenas raíces -que son los abuelos- y un buen tronco que son los padres... La presencia de las familias numerosas es una esperanza para la sociedad. Y por eso es muy importante la presencia de los abuelos: una presencia preciosa sea por la ayuda práctica, sea sobre todo por su aportación educativa. Los abuelos custodian dentro de sí los valores de un pueblo, de una familia y ayudan a los padres a transmitirlos a los hijos. En el siglo pasado, en tantos países de Europa, fueron los abuelos los que transmitieron la fe''.

''Queridos padres, os agradezco tanto vuestro ejemplo de amor por la vida que custodiáis desde la concepción hasta su fin natural, no obstante todas las dificultades y los pesos de la vida y que, desgraciadamente, las instituciones públicas no siempre os ayudan a llevar...Cada familia es célula de la sociedad, pero la familia numerosa es una célula más rica , más vital y al Estado tendría que interesarle mucho invertir en ella'', señaló Francisco que finalizó su breve discurso rezando por las familias más sometidas a duras pruebas por la crisis económica '' por aquellas donde el padre o la madre han perdido el trabajo -y es muy duro- o donde los jóvenes no consiguen encontrarlo,por las que sufren en los afectos más queridos y por las que sienten la tentación de rendirse a la soledad y la separación''.

Telegrama por la muerte del arzobispo Giuseppe Pittau S.J.

Ciudad del Vaticano, 27 de diciembre 2014 (VIS).- El Santo Padre ha enviado un telegrama de pésame al Prepósito General de la Compañía de Jesús, P. Adolfo Nicolas Pachón, con motivo del fallecimiento del arzobispo Giuseppe Pittau S.J, - a los 86 años, en Tokyo, Japón-, ex Secretario de la Congregación para la Educación Católica.

Francisco recuerda a cuantos lloran la muerte del arzobispo que éste fue ''un ministro ejemplar de Dios, que vivió por la causa del Evangelio'' y subraya su ''generoso apostolado misionero en Japón'' donde concluyó su vida terrenal. También da gracias al Señor por el servició que rindió a la Sede Apostólica como Secretario de la Congregación para la Educación Católica, por su compromiso como Rector de la Universidad Sophia de Tokyo y como Rector Magnífico de la Universidad Gregoriana de Roma, además de por su dedicación a la Compañía de Jesús. El Papa confía el alma del difunto a la intercesión maternal de la Virgen María y ''en la luz de la resurrección de Cristo'' envía a todos su bendición apostólica.

Actos Pontificios

Ciudad del Vaticano, 27 de diciembre 2014 (VIS).-El Santo Padre nombró al reverendo Angel Javier Perez Pueyo -hasta ahora Rector del Colegio Pontificio Español San José, en Roma- como obispo de Barbastro-Monzón (superficie 8.321, población 101.320, católicos 95.1127, sacerdotes 96, religiosos 171, diáconos permanentes 3) en España. El obispo electo nació en Ejea de los Caballeros (España) en 1956 y fue ordenado sacerdote en 1980. Es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad Civil de Salamanca (España). En su ministerio sacerdotal ha sido entre otros, formador y profesor en los seminarios de Tarragona y Salamanca; miembro del Consejo Central de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y coordinador pastoral de la misma. Ha colaborado en los cursos para formadores de diversos seminarios en América Latina y en los organizados por la Conferencia Episcopal Española. Fue director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús y secretario técnico de la Subcomisión episcopal de los Seminarios de la Conferencia Episcopal Española.

Sucede al obispo Alfonso Milián Sorribas cuya renuncia al gobierno pastoral de la diócesis fue aceptada por límite de edad.

Navidad

Misa del Gallo: ''¿Permito a Dios que me quiera?''

Ciudad del Vaticano, 24 diciembre 2014 (VIS).- El Papa Franciso presidió esta noche a las 22,00 en la basílica de San Pedro la Santa Misa del Gallo en la solemnidad de la Natividad del Señor 2014. En el curso de la celebración eucarística, después de la lectura del Santo Evangelio, el Papa pronunció la siguiente homilía:

''El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló''. ''Un ángel del Señor se les presentó (a los pastores): la gloria del Señor los envolvió de claridad''. De este modo, la liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría.

También nosotros, en esta noche bendita, hemos venido a la casa de Dios atravesando las tinieblas que envuelven la tierra, guiados por la llama de la fe que ilumina nuestros pasos y animados por la esperanza de encontrar la ''luz grande''. Abriendo nuestro corazón, tenemos también nosotros la posibilidad de contemplar el milagro de ese niño-sol que, viniendo de lo alto, ilumina el horizonte.

El origen de las tinieblas que envuelven al mundo se pierde en la noche de los tiempos. Pensemos en aquel oscuro momento en que fue cometido el primer crimen de la humanidad, cuando la mano de Caín, cegado por la envidia, hirió de muerte a su hermano Abel. También el curso de los siglos ha estado marcado por la violencia, las guerras, el odio, la opresión. Pero Dios, que había puesto sus esperanzas en el hombre hecho a su imagen y semejanza, aguardaba pacientemente. Dios esperaba. Esperó durante tanto tiempo, que quizás en un cierto momento hubiera tenido que renunciar. En cambio, no podía renunciar, no podía negarse a sí mismo. Por eso ha seguido esperando con paciencia frente a la corrupción de los hombres y de los pueblos. La paciencia de Dios. Qué difícil es entender esto: la paciencia de Dios con nosotros.

A lo largo del camino de la historia, la luz que disipa la oscuridad nos revela que Dios es Padre y que su paciente fidelidad es más fuerte que las tinieblas y que la corrupción. En esto consiste el anuncio de la noche de Navidad. Dios no conoce los arrebatos de ira y la impaciencia; está siempre ahí, como el padre de la parábola del hijo pródigo, esperando atisbar a lo lejos el retorno del hijo perdido; y todos los días, pacientemente. La paciencia de Dios.

La profecía de Isaías anuncia la aparición de una gran luz que disipa la oscuridad. Esa luz nació en Belén y fue recibida por las manos tiernas de María, por el cariño de José, por el asombro de los pastores. Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento del Redentor, lo hicieron con estas palabras: ''Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre''. La ''señal'' es precisamente la humildad de Dios, la humildad de Dios llevada hasta el extremo; es el amor con el que, aquella noche, asumió nuestra fragilidad, nuestros sufrimientos, nuestras angustias, nuestros anhelos y nuestras limitaciones. El mensaje que todos esperaban, que buscaban en lo más profundo de su alma, no era otro que la ternura de Dios: Dios que nos mira con ojos llenos de afecto, que acepta nuestra miseria, Dios enamorado de nuestra pequeñez.

Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? ''Pero si yo busco al Señor'' –podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?
Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy! Paciencia de Dios, cercanía de Dios, ternura de Dios.

La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: ''Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto''.

Queridos hermanos y hermanas, en esta noche santa contemplemos el misterio: allí ''el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande''. La vio la gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios. En cambio, no la vieron los arrogantes, los soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales, los que adoptan actitudes de cerrazón. Miremos al misterio y recemos, pidiendo a la Virgen Madre: ''María, muéstranos a Jesús''.

Mensaje de Navidad: ''Muchas lágrimas junto con las lágrimas del Niño Jesús''

Ciudad del Vaticano, 25 diciembre 2014 (VIS).- Al mediodía de hoy, solemnidad de la Natividad del Señor, el Papa pronunció desde el balcón central de la basílica vaticana el tradicional mensaje navideño que publicamos a continuación e impartió,al final,la bendición "Urbi et Orbi" :

''Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Navidad!

Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, nos ha nacido. Ha nacido en Belén de una virgen, cumpliendo las antiguas profecías. La virgen se llama María, y su esposo José.
Son personas humildes, llenas de esperanza en la bondad de Dios, que acogen a Jesús y lo reconocen. Así, el Espíritu Santo iluminó a los pastores de Belén, que fueron corriendo a la cueva y adoraron al niño. Y luego el Espíritu guio a los ancianos Simeón y Ana en el templo de Jerusalén, y reconocieron en Jesús al Mesías. ''Mis ojos han visto a tu Salvador – exclama Simeón –, a quien has presentado ante todos los pueblos''.

Sí, hermanos, Jesús es la salvación para todas las personas y todos los pueblos.

A él, el Salvador del mundo, le pido hoy que guarde a nuestros hermanos y hermanas de Irak y de Siria, que padecen desde hace demasiado tiempo los efectos del conflicto que aún perdura y, junto con los pertenecientes a otros grupos étnicos y religiosos, sufren una persecución brutal. Que la Navidad les traiga esperanza, así como a tantos desplazados, prófugos y refugiados, niños, adultos y ancianos, de aquella región y de todo el mundo; que la indiferencia se transforme en cercanía y el rechazo en acogida, para que los que ahora están sumidos en la prueba reciban la ayuda humanitaria necesaria para sobrevivir a los rigores del invierno, puedan regresar a sus países y vivir con dignidad. Que el Señor abra los corazones a la confianza y otorgue la paz a todo el Medio Oriente, a partir la tierra bendecida por su nacimiento, sosteniendo los esfuerzos de los que se comprometen activamente en el diálogo entre israelíes y palestinos.

Que Jesús, Salvador del mundo, custodie a cuantos están sufriendo en Ucrania y conceda a esa amada tierra superar las tensiones, vencer el odio y la violencia y emprender un nuevo camino de fraternidad y reconciliación.

Que Cristo Salvador conceda paz a Nigeria, donde se derrama más sangre y demasiadas personas son apartadas injustamente de sus seres queridos y retenidas como rehenes o masacradas. También invoco la paz para otras partes del continente africano. Pienso, en particular, en Libia, el Sudán del Sur, la República Centroafricana y varias regiones de la República Democrática del Congo; y pido a todos los que tienen responsabilidades políticas a que se comprometan, mediante el diálogo, a superar contrastes y construir una convivencia fraterna duradera.

Que Jesús salve a tantos niños víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas, o forzados a convertirse en soldados; niños, tantos niños que sufren abusos. Que consuele a las familias de los niños muertos en Pakistán la semana pasada. Que sea cercano a los que sufren por enfermedad, en particular a las víctimas de la epidemia de ébola, especialmente en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Agradezco de corazón a los que se están esforzando con valentía para ayudar a los enfermos y sus familias, y renuevo un llamamiento ardiente a que se garantice la atención y el tratamiento necesario.

El Niño Jesús. Pienso en todos los niños hoy maltratados y muertos, sea los que lo padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida; sean los niños desplazados a causa de las guerras y las persecuciones, sujetos a abusos y explotación ante nuestros ojos y con nuestro silencio cómplice; a los niños masacrados en los bombardeos, incluso allí donde ha nacido el Hijo de Dios. Todavía hoy, su silencio impotente grita bajo la espada de tantos Herodes. Sobre su sangre campea hoy la sombra de los actuales Herodes. Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo ilumine hoy nuestros corazones, para que podamos reconocer en el Niño Jesús, nacido en Belén de la Virgen María, la salvación que Dios nos da a cada uno de nosotros, a todos los hombres y todos los pueblos de la tierra. Que el poder de Cristo, que es liberación y servicio, se haga oír en tantos corazones que sufren la guerra, la persecución, la esclavitud. Que este poder divino, con su mansedumbre, extirpe la dureza de corazón de muchos hombres y mujeres sumidos en lo mundano y la indiferencia, en la globalización de la indiferencia. Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: ''Nuestros ojos han visto a tu Salvador''.
Con estos pensamientos, feliz Navidad a todos''.

El don de la integridad cristiana es ser coherentes. Pensar, sentir y vivir como cristianos

Ciudad del Vaticano, 26 diciembre 2015 (VIS).- A mediodía, el Santo Padre se ha asomado a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de la oración mariana, el Pontífice les dirigió unas palabras sobre la coherencia y la fe:

''El Evangelio de esta fiesta muestra una parte del discurso de Jesús a sus discípulos cuando los envía a su misión. Dice: ''Seréis odiados por todos a causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el final, éste se salvará''. Estas palabras del Señor no perturban la celebración de la Navidad, sino que la despojan de esa falsa capa dulzona que no le pertenece. Nos hacen comprender que en las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida. Y para aceptar realmente a Jesús en nuestra vida y prolongar la alegría de la Noche Santa, el camino lo indica este Evangelio: dar testimonio de Jesús en la humildad, en el servicio silencioso, sin miedo de ir contra corriente y pagar en persona. No todos están llamados, como san Esteban, a derramar su sangre -continuó-, pero a todo cristiano, sin embargo, se le pide que sea coherente en todo momento con la fe que profesa. Y la integridad cristiana es una gracia que debemos pedir al Señor. Ser coherente, vivir como cristianos y no decir: "Soy cristiano", pero vivo como pagano. La coherencia es una gracia que debemos pedir hoy''.

Francisco explicó que seguir el Evangelio es un camino exigente pero hermoso y quien lo recorre con fidelidad y valentía recibe el don que el Señor prometió a los hombres y mujeres de buena voluntad. El Papa pidió a todos que rezasen por los hermanos discriminados, perseguidos y asesinados por dar testimonio de Cristo, ''porque gracias al sacrificio de estos mártires de hoy se refuerza en todos los lugares del mundo el compromiso por reconocer y asegurar la libertad religiosa, que es un derecho inalienable de toda persona humana''.

Al finalizar el rezo del ángelus, el Papa envío un deseo de paz y de aliento a ser coherentes: ''Que pensemos, sintamos y vivamos como cristianos; no pensar como cristianos y vivir como paganos'', e invitó a todos a rezar a San Esteban ''para que nos ofrezca la gracia de la coherencia cristiana''.
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