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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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viernes, 20 de noviembre de 2015

Audiencia al Presidente de Ucrania: Privilegiar la solución política para resolver los conflictos en el país


Ciudad del Vaticano, 20 de noviembre de 2015 (Vis).- El Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko ha sido recibido esta mañana en audiencia por el Santo Padre y sucesivamente se ha entrevistado con el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, a quien acompañaba el arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

Las conversaciones, que se han desarrollado en una atmósfera de cordialidad y durante las cuales se han reiterado las buenas relaciones entre la Santa Sede y Ucrania, se han centrado principalmente en las cuestiones relacionadas con la situación de conflicto en el País. A este respecto hay un deseo compartido de que con el esfuerzo de todas las Partes interesadas, se privilegien las soluciones políticas, empezando por la realización plena de los Acuerdos de Minsk. Asimismo se ha puesto de manifiesto la preocupación por las dificultades a la hora de enfrentar la emergencia humanitaria, con una referencia especial al acceso de las organizaciones especializadas en la zona afectada por las hostilidades, a la asistencia sanitaria, al intercambio de prisioneros, además de a las repercusiones económicas y sociales del conflicto en todo el territorio.


El encuentro ha brindado la ocasión para poner de relieve el importante papel de las Iglesias en la sociedad, además de la aportación de las comunidades greco-católicas y de rito latino a la vida del País.

A los los obispos alemanes: Superar la erosión de la fe católica con una pastoral ''en salida''


Ciudad del Vaticano, 20 de noviembre de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha recibido esta mañana a los prelados de la Conferencia Episcopal de Alemania al final de su visita ad limina. Terminada la audiencia el Santo Padre les entregó un discurso en que agradece el apoyo de la Iglesia alemana a las numerosas obras de caridad que benefician a decenas de miles de personas en todo el mundo. También recuerda el momento excepcional que atraviesa Europa debido a las migraciones masivas de personas que huyen de la guerra o de las persecuciones y a quienes las Iglesias cristianas y muchos ciudadanos de ese país acogen brindándoles su cercanía. Por último se refiere a la erosión de la fe católica en Alemania que ha llevado en las últimas décadas a una enorme disminución en la participación en los sacramentos y en la misa dominical.

Francisco escribe que las comunidades católicas en Alemania son muy diferentes en la parte oriental y occidental del país al igual que en el norte y en el sur pero que en todas partes la Iglesia está comprometida con profesionalidad en el ámbito social y caritativo, y es también muy activa en el escolar. Por otra parte salta a la vista en las regiones de tradición católica una fuerte caída de la participación en la misa dominical y en la vida sacramental. Si en los años sesenta, casi en todas partes los fieles iban todos los domingos a misa, hoy son menos del 10 por ciento y cada vez se acercan menos a los sacramentos, sobre todo al de la Penitencia, que a menudo ha desaparecido.

Ante este estado de cosas el Papa subraya que ante todo hay que superar ''la resignación que paraliza'' y que ciertamente no se puede reconstruir nada pensando en los buenos viejos tiempos. Sin embargo, ''podemos inspirarnos en la vida de los primeros cristianos'', como los cónyuges Priscila y Aquila, fieles colaboradores de San Pablo que fueron testigos, ''con palabras convincentes pero sobre todo con su vida, de que la verdad, basada en el amor de Cristo por su Iglesia, es verdaderamente digna de fe y abrieron su casa para la proclamación del Evangelio''. ''El ejemplo de esos "voluntarios" – observa - puede hacernos reflexionar, dada la tendencia hacia una institucionalización creciente. Se inauguran siempre nuevas estructuras para las que, después, faltan fieles. Es una especie de nuevo pelagianismo, que nos lleva a depositar la confianza en las estructuras administrativas, en las organizaciones perfectas. La centralización excesiva, en lugar de ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera. La Iglesia no es un sistema cerrado que gira siempre en torno a las mismas preguntas. La Iglesia está viva, se presenta a los hombres en su realidad, sabe inquietar, sabe animar''.

''El imperativo actual -añade- es la conversión pastoral, es decir, conseguir que todas las estructuras de la Iglesia se hagan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que ponga a los agentes de pastoral en una actitud constante de "salida''... Tenemos que estar entre la gente, con el ardor de aquellos que aceptaron por primera vez el Evangelio. Y "cada vez que tratamos de volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio se abren nuevos caminos, métodos creativos... palabras llenas de renovada importancia para el mundo de hoy''.

En el contexto de la nueva evangelización, es indispensable que el obispo desempeñe con diligencia su cargo como maestro de la fe - transmitida y vivida en la comunión viva de la Iglesia universal - en los muchos campos de su ministerio pastoral. ''La fidelidad a la Iglesia y el Magisterio -señala el Obispo de Roma- no contradice la libertad académica, pero requiere una actitud humilde de servicio a los dones de Dios. El ''sentire cum Ecclesia'' debe distinguir especialmente aquellos que educan y capacitan a las nuevas generaciones''.

Las comunidades parroquiales son las sedes en las que más se experimenta y se vive la fe, de ahí que la vida sacramental deba ser una de las preocupacione fundamentales del obispo. Al respecto el Papa hace hincapie en dos puntos: la Confesión y la Eucaristía. ''La confesión -afirma- es el lugar donde se recibe el don del perdón y de la misericordia de Dios. En la confesión comienza la transformación de cada cristiano y la reforma de la Iglesia. Confío en que se preste más atención a este sacramento, tan importante para la renovación espiritual, en los planes pastorales diocesanos y parroquiales durante el Año Santo y después de él. También es necesario destacar siempre la estrecha relación entre la Eucaristía y el sacerdocio. Los planes pastorales que no dan la importancia adecuada a los sacerdotes en su ministerio de gobernar, enseñar y santificar sobre la estructura y la vida sacramental de la Iglesia, sobre la base de la experiencia, están condenados al fracaso''.


Por último, ''una tarea del obispo que nunca es lo suficientemente apreciada es el compromiso con la vida -concluye- La Iglesia no debe cansarse nunca de ser la abogada de la vida y no debe retroceder en el anuncio de que la vida humana debe protegerse incondicionalmente desde la concepción hasta la muerte natural. Aquí no podemos nunca llegar a compromisos, sin convertirnos nosotros también en culpables de la cultura del descarte, por desgracia muy extendida''.

Francisco: La santificación del sacerdote está estrechamente ligada a la de su pueblo


Ciudad del Vaticano, 20 de noviembre de 2015 (Vis).-La Congregación para el Clero, cuyo prefecto es el cardenal Beniamino Stella, es la promotora del congreso conmemorativo celebrado en la Universidad Urbaniana con ocasión del 50° aniversario de la promulgación de los decretos del Concilio Vaticano ''Optatam totius'' y ''Presbyterorum ordinis'', dedicados a la formación de los sacerdotes. Con motivo de la clausura del congreso el Papa ha recibido esta mañana en audiencia en la Sala Regia a sus participantes, a los que ha dirigido un discurso del que reproducimos amplios párrafos.

''Dado que la vocación al sacerdocio es un don que Dios da a algunos para el bien de todos -ha dicho- permitidme compartir con vosotros algunas reflexiones, a partir de la relación entre los sacerdotes y las demás personas, siguiendo el no. 3 de ''Presbyterorum ordinis'' en el que hay un pequeño compendio de teología del sacerdocio, procedente de la Carta a los Hebreos: "Los sacerdotes están tomados de entre los hombres y constituidos en favor de los hombres en las cosas que pertenecen a Dios, para ofrecer dones y sacrificios por el perdón de los pecados, por lo tanto viven en la tierra con otros hombres como hermanos entre hermanos". Consideremos estos tres momentos: "tomados de entre los hombres", "constituidos en favor de los hombres," presentes "en medio a los otros hombres."

''El sacerdote es un hombre nacido en un determinado contexto humano. Allí comienza a aprender sus primeros valores, absorbe la espiritualidad del pueblo, se acostumbra a las relaciones....Los sacerdotes también tienen una historia: no son "setas" que brotan repentinamente en la catedral el día de su ordenación. Es importante que los formadores y los mismos lo recuerden y sepan tener en cuenta esta historia personal a lo largo del camino de la formación...Un buen sacerdote, por lo tanto, es ante todo un hombre con su propia humanidad, que conoce su propia historia, con sus riquezas y sus heridas, y ha aprendido a hacer las paces con ella, llegando a la serenidad de fondo, propia de un discípulo del Señor. De ahí que la formación humana sea una necesidad para los sacerdotes, para que aprendan a no dejarse dominar por sus límites, sino a aprovechar sus talentos''.

''Nosotros, los sacerdotes somos apóstoles de la alegría, anunciamos el Evangelio, es decir la "buena noticia" por excelencia; ciertamente no somos nosotros los que damos fuerza al Evangelio, -algunos lo creen- pero podemos favorecer u obstaculizar el encuentro entre el Evangelio y las personas. Nuestra humanidad es la "vasija de barro" en la que guardamos el tesoro de Dios, un recipiente del que debemos cuidar para transmitir así su precioso contenido''.

''Un sacerdote no puede perder sus raíces, sigue siendo un hombre del pueblo y de la cultura que lo han generado; nuestras raíces nos ayudan a recordar quienes somos y donde Cristo nos ha llamado. Nosotros, los sacerdotes no caemos del cielo, somos llamados por Dios, "entre los hombres", para constituirnos "en favor de los hombres." Este es el segundo paso''.

''Respondiendo a la llamada de Dios, nos hacemos sacerdotes para servir a nuestros hermanos y hermanas. Las imágenes de Cristo que tomamos como referencia para el ministerio de los sacerdotes son claras: Él es el "Sumo sacerdote", del mismo modo cerca de Dios y cerca de los hombres; es el "Siervo", que lava los pies y se acerca a los débiles;es el "Buen Pastor", cuyo fin siempre es el cuidado del rebaño''.

''Son las tres imágenes que tenemos que observar cuando pensemos en el ministerio de los sacerdotes, enviados para servir a los hombres, para hacerles llegar la misericordia de Dios, para anunciar su Palabra de vida. No somos sacerdotes para nosotros mismos, y nuestra santificación está estrechamente ligada a la de nuestro pueblo, nuestra unción a su unción. Tú has sido ungido para tu pueblo. Saber y recordar que estamos "constituidos para el pueblo", pueblo santo, pueblo de Dios, ayuda a los sacerdotes a no pensar en sí mismos, a ser autorizados y no autoritarios, firmes pero no duros, alegres pero no superficiales; en resumen, pastores, no funcionarios... Me viene en mente la frase de San Ambrosio, siglo IV: ''Donde hay misericordia está el espíritu del Señor, donde hay rigidez, están solo sus ministros''. El ministro sin el Señor se vuelve rígido y esto es un peligro para el pueblo de Dios''.

''Por último, lo que nace del pueblo, debe permanecer con el pueblo ; el sacerdote está siempre "en medio de otros hombres", no es un profesional de la pastoral o la evangelización, que llega y hace lo que tiene que hacer – a lo mejor bien, pero como si fuera un trabajo - y luego se va a vivir una vida independiente . Nos hacemos sacerdotes para estar entre la gente. El bien que los sacerdotes pueden hacer nace sobre todo de su proximidad y de un tierno amor por las personas. No son filántropos ni funcionarios, sino padres y hermanos''.


Audiencias


Ciudad del Vaticano, 20 de noviembre de 2015 (Vis).-El Santo Padre ha recibido esta mañana en audiencia a los prelados de la Conferencia Episcopal de Alemania, en Visita "ad Limina Apostolorum":

-Cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, con los obispos auxiliares Dominik Schwaderlapp y Ansgar Puff.

- Mons. Heinrich Mussinghoff, obispo de Aachen, con los obispos auxiliares Karl Borsch y Johannes Bundgens.

-Mons. Franz-Josef Overbeck, obispo de Essen, Ordinario Militar, con los obispos auxiliares Ludger Schepers y Wilhelm Zimmermann.

-Mons. Thomas Löhr, obispo auxiliar de Limburg.

-Mons. Felix Genn, obispo de Münster, con los obispos auxiliares. Heinrich Timmerevers, Christoph Hegge, Wilfried Theising, y Stefan Zekorn.

- Mons. Stephan Ackermann, obispo de Trier con los obispos auxiliares Robert Brahm, Jörg Michael Peters, y Helmut Karl Dieser.

-Mons. Piotr Kryk, exarca apostólico para los fieles ucranianos de rito bizantino residentes en Alemania y Escandinavia.



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